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miércoles, 23 de agosto de 2023

Quien siembra vientos, recoge tempestades

 

Hace justo cinco años, publicaba en este blog dos post sobre el tema de “Liderar no es jefear”. En la primera parte se exponía las enseñanzas del libro Liderar con corazón, de mi buen amigo Joan Carles March. Y en la segunda parte realizaba el contraste con un pésimo modelo de liderazgo, con el título de “Sobre el mal ejemplo de “Cojoncillos” Rubiales”, en clara alusión al que ahora es el nombre de moda en las redes sociales, el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) desde mayo de 2018, Luis Rubiales. 

Como digo, ya hace cinco años hacía un panegírico de este siniestro personaje. Porque una cosa es liderar y otra, bien distinta,”jefear” y, además, hacerlo por sus “cojoncillos” (testículos sonaría más médico, pero menos real), porque él cree que lo vale. Y el ejemplo de aquel verano de 2018 todos recordamos que venía mediado porque Rubiales destituyó de forma fulminante a Julen Lopetegui como seleccionador español de fútbol y lo hizo dos días antes del comienzo del Mundial de Fútbol de Rusia. La causa fue que, el día previo, Lopetegui anunció que en la siguiente Liga sería el entrenador del Real Madrid. La consecuencia fue inolvidablemente desagradable para Lopetegui y de aquello devino un ridículo supino de la selección en el Mundial, eligiendo deprisa y mal un entrenador sustituto. 

En el subsodicho post ya se hablaba de otras actuaciones de este verdadero capo del fútbol en los pocos meses como presidente de la RFEF: el berenjenal de la Supercopa de España del 2018 jugado por primera vez en otro país (y con una trifulca de no te menees con José Castro, presidente del Sevilla C.F.) y luego continuar haciéndolo en Arabia Saudí (donde cuenta el dinero y los trapicheos con Gerard Piqué y no los derechos humanos, claro está), la destitución de Sánchez Arminio como presidente del Comité de Árbitros (tras 15 años en el cargo), la sospecha de pagar la reforma de su chalet con el dinero público de la RFEF, las renuncias que se le avecinaron (entre ellas, Albert Celades que dejó su papel de entrenador de la Sub 21),… 

A esto le han seguido sus continuos enfrentamientos con otro poco presentable, el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, en lo que es algo irreconciliable. Y su idea peregrina, hace pocos meses, de querer construir un estadio propio de la RFEF con los beneficios que se habían obtenido. Pero lo peor estaba por llegar… Y ha llegado en lo que debía ser un momento de alegría global: el que nuestra Selección Femenina de Fútbol consiguiera ganar este fin de semana el Campeonato del Mundo. 

Y es que nuestro personaje no solo celebró la victoria de España en el palco tocándose los “cojoncillos”, machote él debió pensar la reina y princesa que estaban a su lado (“a mí protocolos”, debiera pensar él), sino que se dedicó a besar efusivamente a todas las jugadoras, incluido el beso en la boca a Jennifer Hermoso. La verdad es que fue una euforia excesiva y poco apropiada para un máximo responsable de la RFEF y las redes sociales no tardaron en reaccionar, a lo que él (más chulo que un ocho, ya conocemos al personaje), lanzó esta contestación en Instagram: “Queremos comunicar Jenni y yo que nos vamos a casar”. Una broma de mal gusto, como de peor gusto fueron sus palabras descalificadoras ante los innumerables comentarios de las redes sociales afeando su conducta y a los que calificó de "Idiotas”, “Gilipolleces”, “Tontos del culo” o “Pringados que no saben ver lo positivo”. 

Las reacciones sociales, deportivas y políticas, nacionales e internacionales, han sido unánimes frente a Luis Rubiales, “Cojoncillos” Rubiales como ya le denominé (y qué acertadamente, visto lo visto). No le ha quedado otra que pedir perdón y decir que se ha equivocado. Pero creo que no es suficiente. Un personaje así, con una trayectoria de “jefear” (y no liderar), debe terminar con su destitución lo antes posible. Lo suyo es que él dejara el cargo antes de finalizar esta semana, pero un macho alfa como se cree, no lo hará de forma voluntaria. Espero que alguna instancia superior tome esa decisión. Por el bien común… y para que el triunfo de las chicas de oro de fútbol consiga una victoria más. 

Pero es que hace cinco años ya califiqué a este personaje por sus actos. Y quien siembra vientos (como él ha sembrado en estos años), recoge tempestades. Porque Luis Rubiales le perdió el respeto a Julen Lopetegui y a la Selección Masculina de Fútbol en el Campeonato del Mundo de 2018 y le ha perdido el respeto a Jennifer Hermoso y a la Selección Femenina de Fútbol en el Campeonato del Mundo de 2023; por el camino le perdió el respeto a Sánchez Arminio, a Javier Tebas y a quien se le cruce por el camino. Y ha perdido el crédito de gran parte de este país y fuera de él. Y hoy la RFEF tiene un problema de inundaciones por la tempestad que se deviene si Luis Rubiales decide mantenerse en el cargo. Por ética y estética. Porque en las instituciones públicas precisamos líderes, no jefes… y menos, machos alfa.

miércoles, 5 de octubre de 2022

Liderar con H-alma, corazón y vida

 

En el pasado XIX Congreso Internacional de Pediatría, celebrado en Mérida (Yucatán, México) del 15 al 17 de septiembre de 2022, presentamos una ponencia de gestión bajo el título de “Liderar con H-alma, corazón y vida”, en claro homenaje al trío mexicano de Los Panchos. Una ponencia que ya fue defendida en otros foros bajo una perspectiva similar, como fueron la IV Reunión de Gestión Pediátrica (Santander, noviembre de 2021) o la XII Curso Internacional de Pediatría (Puebla, México, febrero de 2022), y que se fundamenta es una reflexión de tres décadas y media de profesión - con sus errores y aciertos - compartida con los compañeros de los cinco Servicios de Pediatría en los que he podido ejercer mi trabajo. Pero que tiene en un gran sustento en el libro “Liderar con corazón” de Joan Carles March, tal como hemos comentado en post previos (1, 2)   

Una ponencia que se puede revisar debajo y que estructuré en cinco apartados: 

I. Una introducción. GESTIONAR en busca de la (H)EXCELENCIA 
Donde se exponen seis claves para gestionar la (H)excelencia en un Servicio de Pediatría, con “h” de hospital y humanización 

II. Una aclaración. Los ESTILOS DE LIDERAZGO 
Donde se estudian los cuatro modelos del liderazgo situacional de Hersey & Blanchard 

III. Una máxima. Liderar NO ES “JEFEAR” 
Donde se analizan las diferencias entre un jefe y un líder y se refleja el decálogo de un líder en Sanidad 

IV. Una propuesta. Liderar con CORAZÓN 
Donde se exponen las cinco claves para liderar personas, equipos y organizaciones con alma, corazón y vida, según Joan Carles March 

V. Una meta. Conjugar PEDIATRÍA “líquida” y CEREBROS de obra “sólidos” 
Donde es posible utilizar las tecnologías de la información y comunicación para gestionar a los profesionales sanitarios, a los que cabe considerar como cerebros de obra (y no como mano de obra). 

Una ponencia que pretende ser una reflexión entre el “debería” (lo ideal) y el “debe” (la realidad), cuya presentación os dejamos debajo, así como los vídeos de esa jornada en este enlace (donde esta presentación se encuentra entre los minutos 65 y 100).

lunes, 13 de diciembre de 2021

Liderazgo "líquido" con profesionales "sólidos" en Pediatría


Santander reúne en noviembre desde hace cuatro años una peculiar reunión: la Reunión Nacional de GESTIÓN PEDIÁTRICA. Y hace dos fines de semana tuvo lugar la 4ª reunión, y junto a otros 30 jefes de Servicio de Pediatría pudimos disfrutar alrededor de retos en gestión, estrategias de innovación, estilos de liderazgo, área de mejora, coordinación de niveles y legislación de recursos humanos. 

Pero sobre todo queda la convivencia con compañeros y amigos de los cuatro puntos cardinales alrededor de lo sólido, lo líquido y lo gaseoso. Y por varias razones, con la borrasca Arwen como gran aliada en la costa cantábrica, lo "líquido" ganó por goleada. 

Y por ello, mi ponencia tuvo por título (casi premonitorio) “Liderazgo “líquido” con profesionales “sólidos”, un camino de la evidencia a la vivencia. Una ponencia que es una reflexión de tres décadas y media de profesión de errores y aciertos con los compañeros de los cinco Servicios de Pediatría en los que he podido ejercer mi profesión. 

Una ponencia que se puede revisar debajo y que estructuré en cinco apartados: 

I. Una introducción. GESTIONAR en busca de la (H)EXCELENCIA 
Donde se exponen seis claves para gestionar la (H)exclencia en un Servicio de Pediatría, con “h” de hospital y humanización 

II. Una aclaración. Los ESTILOS DE LIDERAZGO 
Donde se estudian los cuatro modelos del liderazgo situacional de Hersey & Blanchard 

III. Una máxima. Liderar NO ES “JEFEAR” 
Donde se analizan las diferencias entre un jefe y un líder y se refleja el decálogo de un líder en Sanidad 

IV. Una propuesta. Liderar con CORAZÓN 
Donde se exponen las cinco claves para liderar personas, equipos y organizaciones con alma, corazón y vida, según Joan Carles March 

V. Una meta. Conjugar PEDIATRÍA “líquida” y CEREBROS de obra “sólidos” 
Donde es posible utilizar las tecnologías de la información y comunicación para gestionar a los profesionales sanitarios, a los que cabe considerar como cerebros de obra (y no como mano de obra).

Una ponencia que pretende ser una reflexión entre el “debería” (lo ideal) y el “debe” (la realidad).

miércoles, 21 de abril de 2021

"Gefe", ese líder que proporciona felicidad


Que liderar no es jefear es algo que ya hemos comentado en este blog  y planteábamos es decálogo de las cualidades de un buen líder: 1) saber motivar; 2) ser un visionario; 3) comprender a cada miembro de su equipo y usar el diálogo como gran instrumento; 4) conocer las fortalezas y debilidades de cada uno de los compañeros; 5) ser seguido y respetado por el equipo; 6) perseguir beneficios a nivel grupal y no individual; 7) liberar el potencial de las personas; 8) Creer en lo que hace; 9) saber solucionar problemas, ser resolutivo; 10) ser observador. Y todo esto entronca con el libro (y mensajes) de Joan Carles March en su libro "Liderar con corazón", muy recomendable (ver 1 y 2), o también con algo que hemos defendido en alguna ocasión: liderar… a ritmo de jazz.   

Lo que parece claro es que los tiempos en los que los jefes eran las personas que empleaban eso del “ordeno y mando” han terminado definitivamente. Las empresas del siglo XXI han pasado de tener empleados a contar con profesionales; y, en concreto los centros sanitarios, han pasado de tener manos de obra a tener “cerebros de obra” (tal es el cociente intelectual con el que se trabaja a nuestro alrededor). Y los jefes deben dejar paso a los líderes. 

Y también parece evidente que las personas motivadas y felices en su trabajo rinden más; y en la motivación se incluye el salario pero muchos otros aspectos. Por ello, una evolución moderna de la figura del “jefe” es la del “gefe” (juego de palabras para definir a un “GEstor de FElicidad”), una figura que intenta dar más valor a las personas que a las cifras, líderes enfocados a satisfacer a sus empleados y no únicamente a sus clientes. 

Los objetivos que intenta conseguir este cambio del jefe por el “gefe”, asociado a la mayor satisfacción de sus trabajadores son: 
• Aumentar nuestro rendimiento laboral 
• Mejorar nuestro compromiso hacia la empresa 
• Generar un crecimiento de nuestro potencial profesional 
• Conseguir unos niveles más altos de fidelidad de los clientes 
• Incrementar nuestra energía y disminuir las bajas por enfermedad 
• Frenar la “fuga de cerebros” de la empresa 

Nace por tanto el concepto de Gestores de Felicidad o “gefes” y hay planes de formación de los nuevos directivos en gestión de personal que ya incluyen este nuevo concepto. Y la cuestión es: ¿cómo consigue un “gefe” que sus compañeros sean felices en el trabajo? 

La labor de los nuevos “gefes” debe intentar mejorar el bienestar de las personas, mostrando una actitud siempre positiva en la comunicación con sus empleados para crear cierta atmosfera de ilusión y entusiasmo en lo que se hace. Que sea capaz de transmitir que se otorga valor a las personas y no a las cifras, ayudando a potenciar las capacidades, la creatividad y la autoestima de los empleados. Y con la conciliación como bandera, valorando mucho el tiempo disponible para disfrutar de los amigos, de la familia y del ocio. Porque si un “gefe” impregna el trabajo de felicidad, ese ambiente de positivismo no solo hace más comprometidos a los trabajadores con la empresa, sino que se logra también contagiar ese bienestar y ese confort a los pacientes/clientes. 

¿Y cuáles son las características que toda persona debería desarrollar para llegar a ser un buen “gefe”? Al menos estas seis: 
- Los “gefes” conocen a sus trabajadores 
- Los “gefes” reconocen a sus trabajadores 
- Los “gefes” se comunican con diálogos sinceros 
- Los “gefes” son personas resolutivas 
- Los “gefes” son más flexibles 
- Los “gefes” disfrutan de su trabajo. 

Ya conocíamos que liderar no es jefear. Y en las nuevas modalidades de liderazgo no es apreciada la figura del jefe tradicional, pero quizás si tenga cabida la nueva figura del “gefe”. Y todo ello, sin perder el horizonte. Para reflexionar. Para aprender… 

No es un tema nuevo, sí novedoso y a tener en cuenta. ¿Una moda? Lo cierto es que la felicidad es universal y necesaria, por lo que espero que no. Y algunos gráficos como el adjunto, ya nos marcan el interés por el tema.

Y si de liderazgo y gestión del cambio hablamos, no podemos olvidar esa figura del directo médico, el Dr. Max Goodwin de la serie New Amsterdam y su ya famosa frase  "¿Cómo puedo ayudar?"





martes, 14 de agosto de 2018

Liderar no es jefear (y 2). Sobre el mal ejemplo de “Cojoncillos” Rubiales


En nuestro post previo, hablamos del buen ejemplo de LIDERAR CON CORAZÓN y repasamos sus cinco claves para un liderazgo ético. Por contraste, hoy comentaremos lo que no se debe hacer, dedicado a esos personajes que les ponen una gorra de jefes y se creen ya capitanes de todos los barcos (y que se pasan por el forro cualquier atisbo de aprender lo que es el liderazgo positivo y lo que es tratar con personas que al menos son iguales, sino mejores a ellos). 

Pero para hablar de JEFEAR lo mejor es ejemplificarlo con un ejemplo. Uno cercano, bochornoso, y que todos pudimos revisar a dos días previos del inicio del Mundial de Fútbol: Luis Rubiales, en el cargo de presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) desde hace un mes, destituye a Julen Lopetegui, seleccionador español, el día 13 de junio (a dos días del comienzo del Mundial de Fútbol de Rusia) con esta sentencia: “Nos hemos visto obligados a prescindir del seleccionador nacional”. Ojo a la frasecita 

Causa de tamaño dislate: el Real Madrid anuncia el día 12 de junio que Julen Lopetegui será el nuevo entrenador de este club al que se incorporará una vez termine el Mundial. La prensa se hace eco de ello, sin más (sin dobleces, incluida la prensa deportiva no afín al club blanco). El motivo de esta renovación es de todos conocidos: la marcha inesperada de Zinedine Zidane como entrenador del Real Madrid, anunciada el 31 de mayo.

Por tanto, en el espacio de 12 días el Real Madrid tuvo que barajar muchos nombres: Pochettino (en el Tottenham), Low (el seleccionador de Alemania), Sarri (en el Nápoles), Conte (en el Chelsea), Allegri (en la Juventus), Wenger (en el Ársenal) e incluso antiguos de la casa como Guti, Hierro o Michel. Se puede repasar la prensa, pero en ningún momento rastro del nombre de Lopetegui. Luego, en 12 días las frenéticas conversaciones debieron ser de aúpa… y la sorpresa para todos fue de órdago al aparecer el nombre de Lopetegui.

Y la decisión debió ser precipitada para el Real Madrid, pues venía luego un mes de Mundial, un verano, y resulta que el reciente Campeón de Champions (y mejor equipo del mundo según la FIFA) no tenía entrenador. Decisión precipitada por los hechos, pero, según los anteriores hechos, nunca con premeditación y alevosía. Al parecer a Luis Rubiales lo que le tocó la moral (y otras partes pudendas) fue que ”me enteré cinco minutos antes del comunicado”. Vale, luego hablaremos de los minutos necesarios para tomar decisiones con los hemisferios cerebrales o con otras partes del cuerpo: sin duda, cuantos más minutos mejor… pero es curioso que también declare “No me siento traicionado por Lopetegui” y eso pese tanto.

¿Pero quién es Luis Rubiales? Un exjugador de fútbol de equipos como el Motril, Amorós, Guadix, Mallorca, Xerez, Alicante… equipos de 2ª o 3ª división; solo jugó en un equipo de 1ª división en la temporada 1994-95 en el Valencia CF y con el Levante durante algunas temporadas tras el 2003, aunque las lesiones de su rodilla izquierda hicieron que jugara poco. Su etapa como jugador en el puesto de defensa fue, en el mejor de los casos, discreta. Y es en 2010 cuando comienza su trayectoria institucional, primero como Presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles y en mayo de 2018 sustituye a Ángel Villar de la presidencia de la RFEF (tras 30 años en el cargo – que se dice bien – y dejar a la institución como unos zorros, con su paso por la cárcel, por lo que tuvo que ser destituido).

¿Pero quién es Julen Lopetegui? Un exjugador de fútbol formado como portero en la cantera de la Real Sociedad, y que jugó en el Castilla, U.D. Las Palmas, Real Madrid, pero sus mejores años deportivos los tuvo con el Logroñés, como uno de los equipos más modestos de Primera División; también jugaría posteriormente en el F.C. Barcelona y Rayo Vallecano. Y es en el año 2003 cuando comienza su trayectoria como entrenador y ha estado en los banquillos del Rayo Vallecano, Castilla y Oporto. También ha ocupado los cargos de seleccionador nacional de categorías inferiores (sub-19 y sub-20) entre 2010 y 2014, para pasar a sustituir a Vicente del Bosque como entrenador de la Selección Nacional de Fútbol desde julio 2016 y lograr calificar a España como invicta para la Copa del Mundo. Su cesión fulminante a dos días de comenzar esta competición, hizo que ocupara su cargo Fernando Hierro.

No era la primera vez que un técnico nacional afrontaba un campeonato sabiendo que su futuro cambiaría semanas después. Sin embargo, si ha sido el único cesado en la historia. Algo parecido le ocurrió al seleccionador de Italia, Antonio Conte, fichado por el Chelsea en medio de la Eurocopa 2016; algo parecido le ocurrió al seleccionador de Holanda, Louis Van Gaal, fichado por el Manchester United antes de que diera comienzo la Copa del Mundo 2014; algo parecido le ocurrió al seleccionar de España, Luis Aragonés, presentado como nuevo entrenador del Fenerbahce en plena Eurocopa 2008; algo parecido le ocurrió al seleccionar de Francia, Jacques Santini, cuyo fichaje por el Tottenham ocurrió tan solo un par de semanas antes de la Eurocopa 2004; lo mismo le ocurrió al seleccionador de España, Ladislao Kubala, que anunció tres días antes de la Eurocopa 1980 que iba a fichar como entrenador del F.C. Barcelona. Varios ejemplos, el último con un alarmante parecido con el de Julen Lopetegui... pero de una resolución tan diferente.

Por tanto, en la libertad de elección - y responsabilidad - sobre el futuro profesional, son varios y significativos los ejemplos ocurridos similares al de Julen Lopetegui. En todos los casos, los seleccionadores siguieron con su selección como entrenadores y, cuando finalizaron sus campeonatos, modificaron su trayectoria profesional. Las distintas federaciones de fútbol (de Italia, Holanda, Francia y España) no utilizaron la frase de nuestro advenedizo Luis Rubiales: “Nos hemos visto obligados a prescindir del seleccionador nacional”. Y al parecer fue una decisión que nuestro personaje si tomó con nocturnidad y alevosía, de forma precipitada - como hacen los débiles e inseguros - y, según dice la prensa, previa llamada a los dirigentes del Barcelona y del Atlético de Madrid (alucina vecina…).

De nada valió que los jugadores de la selección española le dijeran a Rubiales que no destituyeran a "su entrenador”. Pero de nada valió, pues cuando se “jefea” pasa esto, que se toman decisiones no con los hemisferios cerebrales y el corazón, sino con las víscera y otras partes pudendas. Y valió más su orgullo (un orgullo medido en minutos, según él mismo declara), que el bien de todos. Por eso el apelativo de “Cojoncillos” Rubiales.

El resultado del Mundial mejor no hablar de ello. Todos supimos lo que ocurrió, con un Fernando Hierro al que todo le vino grande, hasta haber desaparecido de la faz de la Tierra desde hace ya un mes que finalizó el campeonato. Y gracias a esa clase de liderazgo de “Cojoncillos” hoy aún todos recordamos la frase de Lopetegui al presentarse como nuevo entrenador del Real Madrid: “Ayer fue el día más triste desde la muerte de mi madre…, pero hoy es el más feliz”. Uauuu, aviso a navegantes: si alguna vez, en el cargo de responsabilidad de alguno de los que leemos estos, oímos que un compañero pronuncia esto por tu actitud, amigo, háztelo ver...

Pero lo de este personaje, cuya fisonomía cada vez que le veo me recuerda a uno de los personajes de La Hora de José Mota, es un no parar. Algunos ejemplos en un solo mes:

- Elige a Luis Enrique, lo que se dice la alegría de la huerta y un hombre de consenso relativo (sobre todo con la prensa), como nuevo entrenador de la Selección Española bajo este criterio: “Un entrenador debe ser una persona de carácter, que imponga su criterio dentro del vestuario, al que se le respete al 100%. Buscamos un líder incontestable dentro del vestuario, que marque una pauta y que de esa pauta no se salga nadie”. Eso no es liderazgo, buen hombre, eso es dictadura…

- Se mete en un berenjenal con la final de la Supercopa de España, que se jugó por primera en la historia en otro país, en concreto en Tánger, con una polémica de no te menees con José Castro, presidente del Sevilla C.F. y donde Rubiales en un nuevo acto de liderazgo y ética sacó a pasear los tweets privados de una conversación. No sé quién podría tener la razón (ni me importa), pero las formas barriobajeras hablan del personaje en cuestión.

- Un patrocinador de la Selección Española estudia dejar su patrocinio, porque la verborrea agresiva de nuestro personaje no tiene límites… Porque no solo es importante tener razón (el fondo), sino como exponerla (la forma). Y quien no pudo aprender educación de joven, difícilmente lo hará de mayor… Es un debe crucial en la vida, y nuestro Rubiales parece que tiene "debes" para dar y regalar.

- No es de extrañar que las renuncias se sucedan con tal actitud. Y Albert Celades se ha ido después de 6 años al frente de la Sub 21 y formar parte de la Expediciones en los Mundiales 2014 y 2018 y Eurocopa 2016, y lo ha hecho por coherencia con su amigo y colega, Julen Lopetegui, y por coherencia por desvincularse del proyecto de Rubiales. Cabe decir que previamente a todo esto ya había destituido a Sánchez Arminio como presidente del Comité Técnico de Árbitros. Realmente ha convertido la RFEF en su Tombstone particular en el que él es el “p.. sheriff”, el Wyatt Earp de la RFEF (como la foto que da encabezamiento a este post).

- No contento con esto se nos habla de una inquietante historia sobre un chalet de Luis Rubiales que, presuntamente,  su reforma la quiso pagar con dinero de la Asociación de Futbolistas Españoles y luego tapar sus huellas con amenazas y agresiones. Tiempo al tiempo, pero también lo del Máster de Cifuentes parecía una bobada: y es que cuando el río suena, agua lleva...

- Y ya, para poner la guinda, no tiene problema en hacer comentarios machistas. Así son los que van de sheriff… no hay vuelta atrás.

Lo cierto es que en este poco tiempo no ha dejado títere sin cabeza. ¿Pero que ha hecho la RFEF para merecer esto... ? Después de las más de tres décadas de Villar, con el descrédito a la entidad, viene ahora el advenedizo y lo quiere solucionar todo, rápido a ser posible (la reflexión vendrá luego) y si tenemos que matar al mensajero, pues se mata: y Lopetegui pasaba por allí.

Es pues este un ejemplo de lo que no se debe hacer. Los sheriff para las películas de vaqueros. Pero no para las organizaciones, aunque sea algo tan tonto y vulgar como el fútbol. Da lo mismo, pues en todos los entornos nos merecemos líderes (que ayuden a caminar con el esfuerzo de todos) y debemos despreciar a los jefecillos (que liman sus debilidades en formación y como persona con la tiranía).

¿Cuántos personajes como el reseñado conocemos...? Personajes tóxicos con una gorra de mando y un revolver en la cintura dispuestos al "hágase mi voluntad". Personajes que solo con abrir la boca la lían parda y hacen subir el pan y la mantequilla.

Tras este ejemplo (cuya historia no termina aquí, y si la RFEF no se lo quita de encima, este personaje acaba con el poco crédito de la institución... al tiempo), queda claro que para avanzar en la vida es necesario dos cosas al menos: saber lo que debemos hacer y, sobre todo, saber lo que no debemos hacer. Y en LIDERAZGO quisiera dejar muy claro que es bueno y posible liderar con corazón. Y que no hay que permitir el modelo de "JEFEAR" y si ocurre, denunciarlo.

Y hoy el ejemplo ha sido el fútbol y la RFEF. Lo más lamentable es que puedan estar en la política, al frente de organizaciones industriales o sanitarias, en la presidencia de sociedades científicas, en tu puesto de trabajo,...