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lunes, 1 de noviembre de 2021

COVID-19 en Pediatría: valoración crítica de la evidencia


En el mes de abril de 2021, desde el Comité de Trabajo de Pediatría Basada en la Evidencia (CT-PBE) de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) publicamos en formato guía de práctica clínica el trabajo "COVID-19 en Pediatría: valoración crítica de la evidencia" tras nueve meses de intenso trabajo colaborativo. 

Y este documento de 313 páginas se ha resumido con sus tablas de síntesis y recomendaciones principales en el reciente artículo especial en Anales de Pediatría. 

En este artículo que adjuntamos presentamos el resumen del documento de valoración crítica de la evidencia disponible sobre la COVID-19, elaborado con formato de guía de práctica clínica siguiendo la metodología GRADE. 

El documento trata de dar respuestas a una serie de preguntas clínicas estructuradas, con definición explícita de la población, intervención/exposición, comparación y resultado, y una jerarquización de la importancia clínica de las medidas de efecto valoradas. 

Realizamos revisiones sistemáticas de la literatura para responder a las preguntas, agrupadas en 6 capítulos: epidemiología, clínica, diagnóstico, tratamiento, prevención y vacunas. Valoramos el riesgo de sesgo de los estudios seleccionados con instrumentos estándar (RoB-2, ROBINS-I, QUADAS y Newcastle-Ottawa). Elaboramos tablas de evidencia y, cuando fue necesario y posible, metaanálisis de las principales medidas de efecto. Seguimos el sistema GRADE para realizar síntesis de la evidencia, con valoración de su calidad y, cuando se consideró apropiado, emitir recomendaciones jerarquizadas en función de la calidad de la evidencia, los valores y preferencias, el balance entre beneficios, riesgos y costes, la equidad y la factibilidad. 

Un trabajo y un artículo que tiene el compromiso de su actualización con el tiempo. Esperamos que sea de vuestra utilidad.
   

miércoles, 26 de mayo de 2021

Cómo realizar y evaluar una guía de práctica clínica


Dicen que la MBE (Medicina basada en la evidencia o en pruebas científicas) va en busca de una práctica clínica que intenta resolver de la mejor forma posible la ecuación entre “lo deseable, lo posible y lo apropiado”, teniendo presente que la medicina es una ciencia sembrada de incertidumbre, variabilidad en la práctica clínica, sobrecarga de información, aumento de demanda y limitación de recursos. Y para ello propone un método estructurado para resolver las dudas derivadas de la práctica clínica habitual, mediante cinco pasos estructurados fundamentales: 
- Paso 1: Formular una PREGUNTA clara a partir del problema clínico a analizar. 
- Paso 2: BÚSQUEDA sistemática de las MEJORES PRUEBAS disponibles en la bibliografía. 
- Paso 3: VALORACIÓN CRÍTICA de las mejores evidencias científicas encontradas. 
- Paso 4: APLICABILIDAD de los resultados de la valoración a nuestra práctica clínica. 
- Paso 5: Evaluar su rendimiento, en base a estudios de ADECUACIÓN de la práctica clínica a la evidencia científica. 

Y dentro de la MBE, podemos considerar a la valoración crítica como el eje central de la MBE. Y la aproximación pedagógica se desarrolla en los TALLERES DE LECTURA CRÍTICA, cuyos fundamentos se basan en los siguientes puntos del programa CASP (Critical Appraisal Skills Programme). Y así lo han entendido desde el Departamento de Salud de Denia, donde han contado con la experiencia adquirida en el Comité de Trabajo de Pediatría Basada en la Evidencia de la AEP durante las últimas dos décadas para el desarrollo de esta actividad en los últimos años
- En el año 2018 desarrollamos el Curso sobre Valoración crítica del ENSAYO CLÍNICO. 
- En el año 2019 hemos desarrollado el Curso sobre Valoración crítica de la REVISIÓN SISTEMÁTICA / METANÁLISIS. 
- En el año 2020 se paró el mundo por la pandemia COVID-19 y no se pudo realizar. 
- Y este año 2021 hemos regresado con el Curso sobre Valoración crítica de GUÍAS DE PRÁCTICA CLÍNICA. 

En este taller hemos establecido los siguientes objetivos: 
- OBJETIVO GENERAL: Aprender la sistemática de realización y evaluación de una GPC. 
 - OBJETIVOS ESPECÍFICOS: 1) Recordar los pasos esenciales para realizar una GPC; 2) Conocer las diferencias de elaboración de una GPC: opinión de expertos, consenso y evidencia; 3) Diferenciar entre centros elaboradores y de almacenamiento de GPC; 4) Reconocer 3 propuestas para valoración de una GPC: AGREE, GRADE y ADAPTE; 5) Realizar la valoración in situ de una GPC. 

El decálogo de una buena GPC incluye: validez, fiabilidad, reproductibilidad, flexibilidad, aplicabilidad, claridad, multidisciplinariedad, metodología explícita, actualización y revisión programada e independencia. Y en este entorno es esencial conocer la aplicación de AGREE II, como instrumento genérico desarrollado por un grupo internacional de expertos para evaluar la calidad de todo tipo de GPC, evaluando los beneficios, daños, costes y aspectos prácticos y la probabilidad de alcanzar resultados; dirigido a gestores, clínicos y educadores. 

Toda y más información de esta presentación conlleva el agradecimiento expreso a los compañeros del Grupo de Trabajo de Pediatría Basada en la Evidencia por la labor docente desarrollada en conjunto con ellos durante las últimas dos décadas.

miércoles, 10 de junio de 2015

Desarrollo por GRADE de la GPC sobre Encefalopatía hipóxico isquémica perinatal


Son ya ocho guías de práctica clínica (GPC) en las que he participado. Y, aunque existe una sistemática común para su realización, cada una es diferente. Diferencias que parten del propio tema, de la dinámica del Grupo elaborador de la guía, de la sistemática llevada a cabo y de los aspectos complementarios. Esta GPC sobre Encefalopatía hipóxico isquémica perinatal (que presentamos en el blog hace dos días) tiene bastantes valores añadidos: aplicar valoración cuantitativa (metanálisis cuando es posible) y cualitativa, aplicar evaluación económica, realizar una guía para padres y madres modélica y, especialmente, atreverse a aplicar GRADE en su desarrollo.

Y de ello versa este artículo específico: de cómo construir una GPC en base a GRADE. Porque de GRADE (Grading of Recommendations Assessment, Development and Evaluation) ya hemos hablado en varias ocasiones en este blog (ver 1, 2) y porque parece ser el futuro hacia el que caminar para homogeneizar el área de los niveles de evidencia y fuerza de la recomendación, algo bastante confuso (y pervertido) en ocasiones.

GRADE es una iniciativa desarrollada desde el año 2000 por un grupo de expertos clínicos y metodólogos para clasificar con un sistema común y explícito la calidad de la evidencia científica y la fuerza de las recomendaciones que emanan de la literatura científica. Como señas de identidad, el GRADE parte de la importancia clínica de las variables, tiene en cuenta al paciente, valora el balance de riesgos/beneficios de las intervenciones, la calidad científica y finalmente concluye con una recomendación de “hacer” o “no hacer” una determinada acción con una intensidad “fuerte” o “débil”.

En líneas generales, el sistema GRADE clasifica la evidencia en cuatro niveles: Calidad alta: es poco probable que nuevos estudios modifiquen los resultados; Calidad moderada: la confianza en la estimación del efecto podría cambiar con nuevos estudios; Calidad baja: es probable que nuevos estudios la modifquen; Calidad muy baja: cualquier estimación del efecto es incierta.
Se considera que los ensayos clínicos tienen una calidad alta y los estudios observacionales baja. Pero hay una serie de factores que pueden aumentar la confianza de los estudios observacionales y otros que deben reducir la confianza en los resultados de los en los ensayos clínicos; esto son: limitaciones del diseño (risk of bias), inconsistencia de los resultados (inconsistency), evidencia no directa (indirectness), imprecisión (imprecision) y sesgo de publicación (publication bias).

El objetivo de este trabajo que podéis revisar abajo es describir las fases seguidas en el desarrollo de esta GPC sobre Encefalopatía hipóxico isquémica perinatal perinatal con el fin de facilitar el desarrollo de otras GPC utilizando el sistema GRADE, y señalar las fortalezas y debilidades, las amenazas dificultades y fortalezas de este sistema en la elaboración de la GPC presentada. Y verlo en cada una de las fases del proceso:
1. Constitución del grupo de trabajo de la GPC y división de tareas
2. Definición del alcance y objetivos de la GPC
3. Formulación de las preguntas
4. Búsqueda bibliográfica
5 Selección de las pruebas científicas
6. Evaluación y síntesis de la evidencia científica
7 Evaluación económica
8. Implicación de los familiares y cuidadores de los pacientes en la elaboración de la GPC. Desarrollo de un estudio cualitaivo propio
9. Formulación de las recomendaciones de la GPC
10. Revisión externa de la GPC
11. Actualización de la GPC


lunes, 8 de junio de 2015

Guía de Práctica Clínica sobre Encefalopatía hipóxico-isquémica perinatal en el recién nacido


Hace más de tres años comenzamos el camino hacia la elaboración de la Guía de Práctica Clínica (GPC) sobre Encefalopatía hipóxico-isquémica (EHI) perinatal en el recién nacido, un camino largo y duro, pero cuya meta ha sido tan importante que, desde hace un par de semanas, esta GPC ya se puede descargar libremente en la web de la Agència de Qualitat i Avaluació Sanitàries de Catalunya (AQuAS). 
Nadie dijo que iba a ser fácil, pero ya está aquí, gracias a muchos, pero con el liderazgo esencial de dos personas, el Dr. Alfredo García-Alix (como coordinador clínico) y la Dra. Ruth del Río (como coordinadora clínico-metodológica). 

¿Estaba justificado realizar esta GPC sobre EHI? La respuesta fue sí y por dos motivos: 
1) Porque hasta la fecha solo existen dos GPC publicadas sobre EHI perinatal. La primera, realizada en Estados Unidos en el año 2008 por médicos y enfermeras, se centra en la hipotermia como intervención terapéutica. La segunda, realizada en México en el año 2010, aborda aspectos muy generales sobre la EHI y es por tanto de limitada utilidad práctica. 
2) Porque la incorporación de la hipotermia terapéutica al tratamiento de la EHI ha dado lugar a nuevas preguntas y se ha generado concomitantemente una gran cantidad de literatura en los últimos años que hace difícil asimilar de forma crítica el volumen de información disponible en la literatura científica respecto al diagnóstico, el tratamiento y el pronóstico de la EHI. 
Toda esta información es crítica para la mejora integral de la atención sanitaria a estos recién nacidos (RN). La no disponibilidad de GPC u otros documentos actuales en la literatura basados en la evidencia que aborden de una forma global esta entidad hace que sea necesario un esfuerzo de síntesis y evaluación crítica dirigida a establecer recomendaciones basadas en la evidencia que permitan optimizar el tratamiento y hacer más homogéneo el manejo del RN con EHI perinatal. 

La justificación de la siguiente GPC puede concretarse en los siguientes puntos: 
- Identificación de los factores o condiciones comórbidas que pueden agravar o facilitar el daño cerebral en las primeras horas de vida y durante el tratamiento. 
- Conocer si la administración de oxígeno del 21% frente a concentraciones mayores al 21% durante la reanimación del RN con asfixia influye en la morbimortalidad neurológica. 
- Dilucidar si la gravedad de la EHI condiciona la eficacia del tratamiento con hipotermia y si su gravedad antes de iniciar el tratamiento con hipotermia terapeútica predice su evolución posterior adversa. 
- Revisar de forma sistemática si otros tratamientos farmacológicos (EPO, xenon, topiramato, fenobarbital, alopurinol) solos o en combinación con la hipotermia disminuyen el daño cerebral. - Conocer si el tratamiento de las crisis eléctricas del recién nacido con EHI en tratamiento con hipotermia influye en la gravedad del daño cerebral posterior. 
- Dilucidar si la sedación con derivados opioides en el recién nacido con EHI (con o sin hipotermia) disminuye la gravedad del daño cerebral. 
- Examinar si la hipotermia ha modificado el valor del examen clínico para predecir trastornos neuroevolutivos en el RN con EHI moderada o grave. 
- Conocer cuál es el valor pronóstico del EEGa, de los biomarcadores de daño en los distintos fluidos biológicos y la RMN para predecir problemas neuroevolutivos en el RN con EHI moderada o grave y si la hipotermia ha modificado el valor de estos estudios. 
- Establecer si los datos actuales de predicción de daño neurológico en base tanto a datos clínicos y/o al patrón de afectación en la RMN permiten establecer programas diferenciales y eficientes de seguimiento neuroevolutivo. 
- Elaborar material informativo para los padres y familiares de estos niños teniendo en cuenta los sentimientos, necesidades y emociones de los padres y delinear estrategias de soporte familiar específicas durante el proceso asistencial de estos RN. 

Hace medio año ya compartíamos en este blog la Guía para Madres y Padres y ahora es cuando ya definitivamente compartimos la GPC (en su versión completa y resumida). Os dejamos abajo la GPC completa, que está libre también en la web de AQuAS arriba indicada. 

viernes, 29 de agosto de 2014

Suplementación de yodo en la gestación y lactancia: las cosas claras


El yodo es un elemento esencial para la producción de la hormona tiroidea y por tanto desempeña un papel fundamental en el crecimiento y desarrollo de los niños. La deficiencia grave de yodo en la gestación es causa de cretinismo y de daño cerebral irreversible en el niño.

El beneficio de la suplementación con yodo durante la gestación en las regiones con deficiencia grave de yodo está bien establecido. Sin embargo, en las regiones con deficiencia leve o moderada de este elemento, la evidencia de los beneficios solo se sugiere indirectamente por los resultados en los biomarcadores (aumento de la eliminación del yodo urinario, disminución del tamaño del tiroides materno y del recién nacido y disminución de la tiroglobulina neonatal), pero no hay ni un solo ensayo clínico que haya comunicado los resultados de la suplementación durante el embarazo en el desarrollo de los niños o en su crecimiento.

En el año 2004 la Organización Mundial de la Salud incluyó a España entre los países con adecuada ingesta de yodo y varios estudios recientes confirman que la ingesta de yodo es suficiente en la población española. Los profesionales españoles, sin embargo, se han encontrado con recomendaciones contradictorias, lo que ha generado confusión e incertidumbre en la práctica a seguir en cuanto a la suplementación de yodo a la mujer gestante o en periodo de lactancia. A los clínicos e investigadores les preocupa que las situaciones de déficit de yodo leve o moderado puedan relacionarse con un peor desarrollo de los niños, pero la suplementación rutinaria de yodo en la gestación no está exenta de riesgo.

El Grupo PrevInfad/PAPPS Infancia y Adolescencia acaba de revisar el tema y sus resultados acaban de ser publicados en revista Pediatría de Atención Primaria. Tras una adecuada metodología de revisión del tema, nos plantean las siguientes recomendaciones sobre el tema: 
- A pesar de las recomendaciones nacionales e internacionales sobre la suplementación farmacológica de yodo en la gestación y la lactancia, el grupo PrevInfad no ha encontrado información de calidad que permita establecer un balance entre los beneficios y los riesgos de esta intervención.
- Probablemente, los resultados de las investigaciones que se están llevando a cabo aporten una información esencial que llevará a modificar las recomendaciones. PrevInfad considera que, al tratarse de una medida profiláctica que afecta a dos individuos (madre e hijo) y que se aplica al conjunto de una población sana, debe primar el principio de precaución.
- Por lo tanto, PrevInfad considera que no existen pruebas de calidad suficiente para determinar el balance entre los beneficios y los riesgos de la suplementación farmacológica de yodo durante la gestación y la lactancia, y sugiere que no se realice esta intervención (recomendación débil en contra, según la metodología GRADE).

martes, 11 de marzo de 2014

Documento PrevInfad sobre Suplementos de yodo en la gestación y la lactancia


Todos los pediatras de atención primaria conocemos - o deberíamos conocer - la actividad del Grupo PrevInfad, y en el muy dudoso caso de que no la conozcais os recomiendo que visitéis su web. PrevInfad es grupo de trabajo de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria y del Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud (PAPPS-semFYC. Sus recomendaciones están en permanente actualización a la par que se van creando otras nuevas. Y a todas ellas podéis acceder desde este enlace.

En el pasado mes de febrero PrevInfad publicó un nuevo documento: "Suplementos de yodo en la gestación y la lactancia". Si queréis acceder a un breve resumen del mismo lo podréis hacer haciendo clic aquí. Y desde este otro enlace podéis acceder al documento completo.

Como conclusión general PrevInfad dice lo siguiente:

"PrevInfad considera que no existen pruebas de calidad suficiente para determinar el balance entre los beneficios y los riesgos del suplemento farmacológico de yodo durante la gestación y la lactancia y sugiere que no se realice esta intervención (recomendación débil en contra según metodología GRADE)".

Como en entradas similares, os ofrecemos la posibilidad de descargaros el documento entero en pdf desde esta entrada, o bien desde la web  de este Grupo de Trabajo.


lunes, 1 de abril de 2013

En apoyo (una vez más) de GRADE...

Decidir si una determinada intervención clínica resulta adecuada para un paciente concreto equivale a determinar si existe un grado razonable de certeza de que el balance entre los beneficios, por un lado, y los riesgos, los inconvenientes y los costes, por el otro, de dicha intervención es lo suficientemente favorable como para que merezca la pena aplicarse. Cada vez toma más cuerpo el tomar decisiones médicas que estas estén fundamentadas en el mejor nivel de evidencia (indica hasta qué punto nuestra confianza en la estimación de un efecto es adecuada para apoyar una recomendación) y la mayor fuerza de recomendación (indica hasta qué punto podemos confiar si poner en práctica la recomendación conllevará más beneficios que riesgos). 

Desde que hace más de 25 años el Canadian Task Force on Preventive Health Care (CTFPHC) introdujo el primer sistema de clasificación de los niveles de evidencia y fuerza de las recomendaciones, numerosas organizaciones e instituciones han ido desarrollando sus propios sistemas y, actualmente, se contabilizan más de cien, en general bastante similares, pero que pueden generar confusión en el lector, pues se catalogan con letras y/o números diferentes, con significados no siempre iguales. Entre las limitaciones presentes en los sistemas actuales se encuentran la falta de transparencia en el paso de la evidencia a la recomendación y en la valoración del balance entre beneficios y riesgos. 

Desde el año 2000, un grupo internacional de expertos en metodología, epidemiólogos y clínicos, muchos de ellos procedentes de las organizaciones que establecieron las clasificaciones más conocidas en la formulación de recomendaciones (Oxford Center for Evidence Based Medicine, US Preventive Service Task Force -USPSTF-, CTFPHC, SIGN, NICE, OMS, etc), ha elaborado una nueva propuesta (ya no tan nueva) que tiene como objetivo consensuar un sistema común que supere las limitaciones detectadas hasta el momento en los sistemas previos. Este grupo de profesionales constituye el grupo de trabajo GRADE (Grading of Recommendations Assessment, Development and Evaluation) y puede ser el futuro para homogeneizar el área de los niveles de evidencia y fuerza de la recomendación.

No es la primera vez que hablamos (y apoyamos) GRADE desde este blog. Y no nos cansaremos de apoyarlo. Porque utilizar GRADE es una buena forma de no utilizar el nombre de la evidencia en vano o de que tengamos la evidencia en paz.
En este artículo adjunto tuvimos la oportunidad de hablar de ello. Y de nuevo apoyamos que los niveles de evidencia y la fuerza de las recomendaciones se establezcan con este sistema GRADE, especialmente en el desarrollo de guías de práctica clínica. Es más costoso, pero es mejor...

 

lunes, 25 de marzo de 2013

Cómo evaluar una guía de práctica clinica


Se acaban de celebrar las VIII Jornadas de Formación para Residentes de Pediatría (Murcia 13-15 marzo 2013). Y un año más, hemos tenido la oportunidad de compartir esta experiencia. En el año 2011 se nos pidió hablar del ensayo clínico; en el años 2012 profundizamos en la revisión sistemática y metanálisis; este año el interés se ha centrado en las guías de práctica clínica (GPC). Tres temas esenciales en el entorno de la medicina basada en pruebas, tres herramientas sobre las que vale la pena profundizar. 

Las GPC son directrices elaboradas sistemáticamente para asistir a los clínicos y a los pacientes en la toma de decisiones sobre la atención sanitaria adecuada para problemas clínicos específicos. Pero no es GPC todo lo que se denomina como "guía" y es importante diferenciar el grano de la paja... 

En este taller establecimos los siguientes objetivos: 
- OBJETIVO GENERAL: Aprender la sistemática de realización y evaluación de una GPC. 
- OBJETIVOs ESPECÍFICOS: 1) Recordar los pasos esenciales para realizar una GPC; 2) Conocer las diferencias de elaboración de una GPC: opinión de expertos, consenso y evidencia; 3) Diferenciar entre centros elaboradores y de almacenamiento de GPC; 4) Reconocer 3 propuestas para valoración de una GPC: AGREE, GRADE y ADAPTE; 5) Realizar la valoración in situ de una GPC. 

El decálogo de una GPC propuesto es: validez, fiabilidad, reproductibilidad, flexibilidad, aplicabilidad, claridad, multidisciplinariedad, metodología explícita, actualización y revisión programada e independencia. 

La parte esencial fue la aplicación de AGREE II, como instrumento genérico desarrollado por un grupo internacional de expertos para evaluar la calidad de todo tipo de GPC, evaluando los beneficios, daños, costes y aspectos prácticos y la probabilidad de alcanzar resultados; dirigido a gestores, clínicos y educadores. 

Toda y más información en esta presentación, con agradecimiento expreso a los compañeros del Grupo de Trabajo de Pediatría Basada en la Evidencia por la labor docente desarrollada en conjunto con ellos durante la última década.

 

martes, 6 de noviembre de 2012

¿Por qué USPSTF no se pasa a GRADE?



El sistema que se utilice para la establecer la valoración de la evidencia y el grado de recomendación en una guía de práctica clínica o en recomendaciones para la prevención o para intervenciones del tipo que sean, no es caprichoso ni carente de importancia.

A los que hemos participado en algún trabajo de este tipo es algo que nos trae de cabeza. Y esto es así porque la manera en que se lee la, a veces muy abultada, cantidad de artículos científicos, y las anotaciones, apuntes y tablas de resultados que se deben ir elaborando, son diferentes según qué sistema apliquemos.
Hay muchos sistemas diseñados por distintas instituciones, que abordan esta cuestión, pero parece que últimamente el sistema GRADE (Grading of Recommendations Assessment, Development and Evaluation) está ganado adeptos continuamente, hoy sin ir más lejos me he enterado de que el Institute for Clinical System Improvement (ICSI) también se pasa al GRADE.  
Entonces ¿por qué el US Preventive Services Task Force (USPSTF) no lo hace?
Esta prestigiosa institución estadounidense modificó su sistema de valoración de la evidencia y gradación de las recomendaciones en 2007, y ha publicado en su página web una serie de artículos muy interesantes en los que explican cuál es su posicionamiento y por qué han hecho las últimas modificaciones.
USPSTF se dedica exclusivamente a publicar recomendaciones sobre actividades preventivas en atención primaria. Las actividades preventivas, a diferencia de las intervenciones farmacológicas o diagnósticas, con poca frecuencia están avaladas por ensayos clínicos aleatorizados. En muchas ocasiones no sería ético realizarlos. Por tanto si basaran la calidad de la evidencia exclusivamente en el diseño del estudio, nunca habría alta calidad. Por esto en lugar de hablar de calidad de la evidencia, el USPSTF habla de certeza global sobre el beneficio neto (alta, moderada o baja). Definiendo certeza como probabilidad de que la valoración de la USPSTF del beneficio neto de una actividad preventiva sea correcta”. Por otro lado cuantifican la magnitud del beneficio neto (sustancial, moderada, pequeña, cero/negativa).
Del cruce de la certeza global sobre el beneficio neto con la magnitud del mismo, se obtienen la letras que definen el grado de recomendación (A, B, C y D) y la letra I, que no es una recomendación sino una posición, posicionamiento o declaración (statement, tradúzcalo usted a su gusto) de necesidad de más estudios para definir la recomendación a favor o en contra (D es una recomendación en contra de la intervención preventiva).
El proceso GRADE es más complejo, porque aunque tanto USPSTF como GRADE valoran la calidad de las pruebas sobre los beneficios y los daños de una intervención y llegan a un juicio sobre la magnitud de beneficios y daños, GRADE además tiene también en cuenta la importancia del resultado, el coste económico y la estimación de los valores y preferencias de la persona a la que se aplica la intervención.
USPSTF considera que la prevención se ofrece a una persona asintomática a modo de “extra” en su salud, por lo que por ejemplo, si hubiese un test diagnóstico o servicio preventivo, que no tuviera evidencia de beneficio neto, la decisión de no ofrecerlo es perfectamente aceptable, porque el paciente está sano y sin síntomas.
USPSTF considera que las exigencias de decidir sobre recomendar tratamientos o test diagnósticos para una enfermedad, son mucho mayores que las que se precisan en las decisiones en prevención, y mientras que GRADE es aplicable a decisiones de salud de cualquier tipo, el sistema de la USPSTF está pensado exclusivamente para las actividades preventivas en atención primaria.
Los argumentos razonados de la USPSTF son muy interesantes, y… sigue el debate.

jueves, 27 de octubre de 2011

La calidad de la evidencia y el sistema GRADE


En el Cochrane Colloquium, que tuvo lugar entre los días 19 a 22 de octubre en Madrid, el sistema GRADE para la valoración de la calidad de la evidencia y la fuerza de las recomendaciones, fue tratado ampliamente.

Los "padres" de GRADE estuvieron allí, describiendo las ventajas del sistema. Gordon Guyatt habló de la utilización del sistema GRADE para reducir los desenlaces adversos.
Tambien estuvo Holger Schunemann, de la McMaster University, hablando de GRADE en la implementación de la evidencia e impartiendo un taller acerca de las dificultades a la hora de aplicar el GRADE.
El martes previo al Colloquium, tambien impartió un taller satélite, en la Biblioteca Lain Entralgo, de un día de duración, con parte práctica. Este taller se repitió el domingo ante el interés despertado.

Es decir, mucha información de GRADE, herramienta para poder valorar la calidad de las pruebas disponibles y poder trasmitirlo de forma adecuada a los profesionales, usuarios, y responsables de la toma de decisiones políticas.
Ha sido incorporado por 20 organizaciones, como la Organización Mundial de la Salud, el BMJ Clinical Evidence, o the National Institute for Clinical Excellence.

La Colaboración Cochrane también lo ha incorporado y su utilización para valorar la calidad de la evidencia se describe en el Cochrane Handbook Cochrane Handbook , en el punto 12.2.1.
Aunque hablaremos en sucesivas entradas, en líneas generales, el sistema GRADE clasifica la evidencia en cuatro niveles:
  1. Calidad alta: es poco probable que nuevos estudios modifiquen los resultados.
  2. Calidad moderada: la confianza en la estimación del efecto podría cambiar con nuevos estudios
  3. Calidad baja: es probable que nuevos estudios la modifquen.
  4. Calidad muy baja: cualquier estimación del efecto es incierta.
Se considera que los ensayos clinicos tienen una calidad alta y los estudios observacionales baja.
Pero hay una serie de factores que pueden reducir la confianza en los resultados.
Estos son:

1.- Limitaciones del diseño (risk of bias)
2.- Inconsistencia de los resultados (inconsistency)
3.- Evidencia no directa (indirectness)
4.- Imprecisión (imprecision)
5.- Sesgo de publicación (publication bias)

Todo esto está muy bien explicado en un tutorial de la McMaster University, donde de forma muy sencilla y gráfica, enseñan a utilizar el GRADE (online learning modules). No os los perdais.

jueves, 1 de abril de 2010

Malaria: actualización de la guía de la OMS

En este blog nos preocupamos muchísimo por aquellas enfermedades que ocasionan las más elevada tasas de mortalidad infantil a nivel mundial. La malaria es una de esas enfermedades asesinas que siega la vida de centenares de miles de niños en todo el planeta cada año.

La OMS ha actualizado su guía para el tratamiento de esta enfermedad. Ha publicado la segunda edición de la misma. Está realizada, como sucedía con la guía sobre tuberculosis, siguiendo la metodología GRADE.

Así que bienvenida sea... y que pueda aplicarse allá donde es necesaria.

Para acceder a la guía, haced clic sobre la imagen.

miércoles, 31 de marzo de 2010

Tuberculosis: guía de la OMS

Aún reciente el Día Mundial de la Tuberculosis, reseñamos aquí la actualización de la guía de práctica clínica de la OMS sobre esta enfermedad, que constituye una auténtica lacra a nivel mundial, agravada por el SIDA (de la que es una de sus más frecuentes y letales complicaciones). Nos hemos enterado de esta actualización a través del RSS de NHS Evidence (recurso de obligada consulta y seguimiento).

Está realizada con metodología GRADE. Un documento a tener presente. Podeis pulsar sobre la imagen para acceder al mismo.

sábado, 15 de agosto de 2009

SIGN, en camino hacia GRADE

Uno de los objetivos de las guías de práctica clínica es disminuir la heterogeneidad injustificada en la práctica clínica diaria. Para ello, las instituciones promotoras de guías disponen de diversas clasificaciones para estructurar los niveles de evidencia y el grado de las recomendaciones.

Este hecho, sin embargo, ha propiciado que cada institución hiciera la guerra por su cuenta, estableciendo sus propias clasificaciones, con mayor o menor coincidencia respecto a las de las demás.

Es por ello que en 2000 nació la iniciativa GRADE (Grading of Recommendations Assessment,
Development and Evaluation Working Group). En su sitio web pueden consultarse dos artículos en español quer ayudan al lector interesado a conocer qué es GRADE y qué aporta:

¿Cómo clasificar la calidad de la evidencia y la fuerza de las recomendaciones? Atención Primaria 2006

Clasificación de la calidad de la evidencia y fuerza de las recomendaciones. GRADE Working Group. Atención Primaria 2006

A través de un proceso altamente estructurado, GRADE propone una simplificación de las clasificaciones actuales en cuanto a los niveles de evidencia (alta, moderada, baja y muy baja) y el grado de las recomendaciones (fuerte o débil). Más información sobre estos dos aspectos puede encontrarse en el artículo publicado en Fisterra "El sistema GRADE para la evaluación de la calidad de la evidencia y la graduación de la fuerza de las recomendaciones", concretamente en las tablas 1 y 2.

Parece que SIGN apuesta por GRADE, según refieren en la portada de su sitio web ("SIGN to consider GRADEing"):

"At its June 2009 meeting SIGN Council therefore took the decision that we should look at how we can best adopt or adapt GRADE to fit in with SIGNs’ established methodology. A Methodology Development Group is now looking at this in detail."

Importante apuesta, por ser SIGN una de las principales entidades promotoras de guías de calidad.

Y no. Hoy no hablamos de la gripe A.