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lunes, 26 de agosto de 2019

¿Por qué ninguna universidad española figura entre las 150 mejores del mundo?


Esta pregunta parece que nos retraemos al día de la marmota de la película Atrapados en el tiempo. Y ya no estoy para hacer de Bill Murray... Y, sin embargo, esta pregunta se repite año a año. Y en este blog lo hicimos en el año 2016 y en el año 2017. Supongo que por no ser cansinos, no la hicimos el año pasado, pero aquí estamos en el año 2019 con el mismo sonsonete... 

Porque parece existir un antes y un después para las universidades (que Dios nos pille consfesados) con el Academic Ranking of World Universities (ARWU). Este sistema de clasificación se publicó por primera vez en junio de 2003 por el Center for World-Class Universities and the Institute of Higher Education of Shanghai Jiao Tong University (China) y se actualiza anualmente. Se ha convertido en un sistema de referencia internacional, a pesar del alboroto y críticas a su debilidad metodológica. 

Acaba de publicar el ranking ARWU de este año - como cada año desde 2003 -, que nos permite conocer las universidades mejor valoradas a nivel global o por especialidades (Medicina, Física, Químicas, Matemáticas, Económicas, Ingeniería, Ciencias Sociales, etc). ARWU utiliza seis criterios para clasificar las universidades del mundo: número de alumnos (peso=10%), ganadores de Premios Nobel o medallas de reconocido prestigio en su campo (peso= 20%), número de investigadores altamente citados en Thomson Scientific (peso= 20%), número de artículos publicados en revistas de Nature y Science (peso= 20%), número de artículos indexados en Science Citation Index-Expanded y Social Sciences Citation Index (peso= 20%), y el rendimiento per cápita con respecto al tamaño de la institución (peso= 10%). Está claro que es un ranking que premia la labor científica de élite, menos la docente, poco o nada la satisfacción de los alumnos o el profesorado, no sé si esto se corresponde con la transferencia social de los ámbitos universitarios... En fin, que no me extrañan las críticas, pero dado que caímos en la "impactolatría" (con el dicho factor de impacto que se hizo para revistas y no para autores), por qué no caer en la "shanghailatría"... 

Más de 1.000 universidades se estudian por ARWU cada año y las 500 mejores se publican en la web. Este el ranking de este año 2019. Y este año algún titular periodístico se ha puesto positivo, aunque yo no sé si están las cosas para tirar cohetes... Cabe valorar que las 20 universidades situadas en primer lugar, hay 16 de Estados Unidos, 3 de Gran Bretaña y 1 de Suiza. En el podio se situán Harvard Universitiy, Stanford University, Cambridge, Massachusetts Institute of Technology (MIT) y California, Berkeley. Y esto, salvo mínimos cambios, se repite año a a año. 
Sólo aparecen 13 universidades españoles en este listado de 500: la primera aparece entre los puestos 150 a 200 (Barcelona), entre los puestos 201 a 300 hay cuatro (Universidad Complutense de Madrid, Universidad de Granada, Universidad de Valencia y Universidad Autónoma de Barcelona), entre los puestos 301 a 400 hay dos (Universidad Autónoma de Madrid, Universidad Pompeu Fabra) y entre el puesto 401 a 500 hay seis (Universidad Politécnica de Valencia, Universidad de Oviedo, Universidad de Sevilla, Universidad País Vasco y Universidad de Zaragoza). Sin rastro del resto y son muchas las universidades españolas... y cada vez más: en estos momentos se contabilizan 85 en España (y seguro que me dejo alguna), y sí... sobran universidades españolas y lo dicen muchas personas e instituciones. 

El debate sobre la universidad española y la enseñanza universitaria es constante en el tiempo. En los últimos años, en el campo de la Medicina, el debate se ha focalizado sobre la necesitad o no de abrir nuevas Facultades de Medicina. El problema ronda siempre alrededor de dos conceptos: cantidad frente a calidad. Sea como sea y mire como se mire, a nivel internacional, los criterios de calidad de la universidad española son deficientes. Por algo será,... y algo habrá que cambiar. Y no hablo sólo de adaptarnos al "Plan Bolonia" y al Espacio Europeo de Educación Superior (que eso se sobreentiende, como el valor en el ejército). Y sobre todo, mejor no hablar de nuevo de ANECA, de cuyo fracaso ya hemos hablado y que alguien tendrá que solucionar antes que la enseñanza universitaria se venga a pique y los que pierdan sean nuestros queridos estudiantes (que ellos no tiene culpa de la estulticia de los adultos). 

Porque una universidad española endogámica, que no cuida a sus alumnos ni cuida a sus profesores, que desprecia el español y se enarbola de impactolatría y cuartiles, sin tener en cuanta la calidad e importancia del trabajo docente (compartido con el asistencial en la mayoría de los profesores clínicos de hospitales y centros de atención primaria en el caso de las Ciencias de la Salud) nunca llegará a nada, y perderá todo. Y no hablo del ranking elitista de Shanghai, sino en cualquier ranking, aunque cree uno en Barruelo de Santullán, mi pueblo, o en cualquiera de los bellos pueblos de España. Aviso a navegantes, menos rankings... y más coherencia.

lunes, 15 de octubre de 2018

Cesáreas, verdadera alarma sanitaria


El último número de la prestigiosa revista The Lancet publica varios artículos sobre el uso, abuso y mal uso de las cesáreas en el mundo, con artículos tan significativos como: 

Y la prensa generalista no se ha hecho esperar en comentar este importante problema de salud pública. Algunos comentarios merecen ser remarcados, para poner en toda su dimensión el problema: 

- El número de partos por cesárea se ha doblado en todo el mundo desde el año 2000, lo que es ya una “epidemia de cesáreas” que no se ajusta a las recomendaciones de los especialistas que consideran que esta práctica sólo está justificada entre un 10 y un 15%. 

- En la actualidad, uno de cada cinco partos en el mundo ya se realiza por cesárea. Y eso hablando de la media mundial de cesáreas (21%), pero donde los extremos son más alarmantes: superan el 50% de los partos por cesárea República Dominicana (56,4%), Brasil (55,6%), Egipto (51,8%) y Turquía (50,4%); le siguen China (47%), México (45,2%) y Chile (44,7%). Es decir, hay países donde no nacer por cesárea comienza a ser un milagro (y más si es en sanidad privada): ahí están el 83% de cesáreas en la sanidad privada de Brasil. 

- En España los datos son del 24% de cesáreas en la sanidad pública, y del 35% en la privada. Cifras que no tienen justificación sanitaria, sino de otro cariz que entra en el campo de lo ético y hasta de lo estético. Lo que se dice una fea situación... Y claro que hay países que están peor, pero otros tantos están mejor: ahí quedan el 6% de cesáreas en los Países escandinavos y Holanda. 

- Otros datos epidemiológicos de interés: los partos por cesárea son al menos cinco veces más en el sector de ingresos más elevados que en el más pobre. 

- Y algo que no debemos olvidar: el momento ideal para nacer son las 40 semanas de gestación, lo cual quiere decir que programar cesáreas a las 37, 38 o 39 semanas (aunque se considere neonatos a término ya), no es buena praxis, salvo que haya una condición sanitaria a favor de la salud del recién nacido o de la madre. 

En base a ello, la Organización Mundial de la Salud acaba de publicar sobre este asunto en el que exponía recomendaciones para frenar esta tendencia. En él se incluyen actuaciones con la mujer (formación y clases de preparación para el parto, psicoeducación y formar a las enfermeras en técnicas psicológicas de relajación), recomendaciones para actuar con los profesionales (desde que tengan que pedir una segunda opinión antes de realizar una cesárea a que tengan que justificarlas a posteriori) y otras organizativas (que haya una colaboración obstetra-matrona). Eso sí, la mayoría de estas ideas no habían demostrado un gran impacto o los ensayos existentes son muy limitados. 

Este el panorama ante la epidemia de cesáreas... Esta situación es ya una alarma sanitaria en toda regla. Y no podemos olvidar que la cesárea es una intervención quirúrgica (y no hay intervención quirúrgica totalmente segura y sin complicaciones).

lunes, 21 de agosto de 2017

"¿Por qué ninguna universidad española figura entre las 200 mejores del mundo?


Hace justo un año publicamos un post en este blog bajo el título de "¿Por qué ninguna universidad española figura entre las 150 mejores del mundo?". Pues ha pasado un año y no es que se hayan hecho los deberes y mejorado, es que hemos empeorado claramente y ahora el titular es este otro. 

El ojo ha de descender hasta el puesto 239 para encontrar una universidad española en el Ránking de Shanghai, una de las clasificaciones mundiales más reconocidas en lo que a excelencia universitaria se refiere y cuyo total asciende a las primeras 500 universidades en esta clasificación. Casi en la mitad de la tabla se asienta la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y le siguen otros 10 centros españoles, algunos muy cerca de la cola, como la Universidad del País Vasco (492) y la Universidad de Valencia (495). También se pierde fuelle desde un ángulo más general pues, si en 2015 fueron 13 las universidades españolas dentro de este ránking, en 2016 pasaron a ser 12 y, ahora, son 11, al salir de la lista la Universidad Rovira i Virgili.

Este Ránking Académico de las Univer-sidades del Mundo (ARWU, por sus siglas en inglés), que se publica desde 2003 y toma forma en la Universidad Jiao Tong de Shanghai, mantiene en el primer puesto desde su inicio a la misma universidad, la de Harvard. Es más, entre los 15 primeros centros más prestigiosos, además de centros estadounidenses, sólo dos son de otra nacionalidad: la Universidad de Cambridge y la Universidad de Oxford. 

Ni que decir tiene que con este ránking ARWU no valoramos todo, pero la impresión general de la universidad española no es más favorable que lo anterior comentado. O sea, que vamos de mal en peor. 

Artículos periodísticos previos ya titulaban este hecho como que "La universidad española es invisible para el mundo". Y argumentaba que España es el país que más estudiantes de Erasmus atrae, pero, paradójicamente, son muy pocos los alumnos internacionales que optan por hacer aquí un curso completo. Los extranjeros están encantados de venirse durante unos meses a disfrutar de la combinación de clases y juerga universitaria que ofrecen Barcelona, Madrid o Salamanca, pero, a la hora de estudiar más tiempo, escogen los más ortodoxos campus de Reino Unido, Francia y Alemania. 

Y resulta que cuando el español es la segunda lengua más hablada en el mundo, nuestro nivel de internacionalización es peor que el que tienen Grecia, Portugal, Italia o Suecia. 

¿Alguna solución...? Porque en el día a día, y en la distancia corta, no vemos soluciones...

lunes, 17 de abril de 2017

Neo-Dividencias: Lactancia materna, inteligencia y la Caja de Pandora


Nadie duda de los grandes beneficios de la lactancia materna: beneficios afectivos, nutricionales, inmunológicos, psicológicos y hasta ecológicos. Efectos beneficiosos demostrados que incluyen, a medio plazo, menor número de infecciones de los lactantes (infecciones respiratorias y digestivas principalmente) y, a largo plazo, posiblemente menor incidencia de obesidad. Pero un efecto que también se plantea es el de mejorar el cociente intelectual, algo sobre lo que las pruebas científicas no se ponen de acuerdo. 

La asociación lactancia materna e inteligencia es plausible, ya que la leche materna contiene ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga (PUFAs) que no se encuentran en la misma medida en la leche animal, los cuales pueden mejorar el desarrollo visual y neurológico. A partir de ahí, y de la lógica buena valoración de la lactancia materna, se han obtenido conclusiones diversas. Recogemos algunas de los últimos años que nos adentra en el debate.

- En el año 2013 el estudio de de MB Belfort y cols en Jama Pediatrícs confirmaba esta afirmación a través de un estudio de cohorte prospectivo (Project Viva) y que incluía un total de 1312 parejas de madre-hijo y en el que se encontraba un modesto beneficio entre la duración de la lactancia materna y el lenguaje receptivo e inteligencia no verbal entre los 3 y 7 años.

- En el año 2015 el estudio de CG Victora y cols en The Lancet Global Health iba más allá en un estudio prospectivo sobre una cohorte poblacional de nacidos en el año 1982 en la localidad de Pelotas (Brasil) y su valoración a los 30 años, pues encontraban que en el análisis ajustado por factores de confusión, aquellos con al menos 12 meses de lactancia materna (respecto a los que lo fueron durante menos de un mes) presentaban mejor cociente intelectual (diferencia de 3,76 puntos, IC95 2,20 a 5,33), más años de educación (0,91 años, IC95 0,42 a 1,40) e, incluso, mayores ingresos mensuales (341 reales brasileños, IC95 93 a 588).

- En el año 2015 el estudio de S von Stumm y cols en Plos One analiza con un modelo estadístico complejo los de 11.582 gemelos idénticos y no idénticos, nacidos entre 1994 y 1996, los cuales formaban parte del Estudio de Mellizos de Desarrollo Temprano llevado a cabo por el King’s College de Londres. Se evaluaron los datos de lactancia materna a partir de la información recibida por las madres hasta los 2 años del nacimiento de los gemelos, y la inteligencia de cada gemelos a los 2, 3, 4, 7, 9, 10, 12, 14 y 16 años de edad, pudiendo así evaluar la relación entre lactancia materna e inteligencia a largo plazo en cada niño. Y de sus resultados concluyen que la lactancia materna tiene poco beneficio para la inteligencia temprana de la vida, así como para el crecimiento cognitivo desde la infancia hasta la adolescencia.

- Y acaba de aparecer en el año 2017 el estudio de LC Girard y cols en Pediatrics, que apoya al anterior, pero con un valor añadido: aplicar como análisis estadístico de los estudios observacionales el pareamiento por puntaje de propensión (Propensity score matching en inglés, PSM), técnica estadística de coincidencia que intenta estimar el efecto de un tratamiento u otra intervención por cuenta de las covariables que predicen que recibe el tratamiento. PSM viene a ser una técnica cuasiexperimental que asemeja a la asignación aleatoria de los ensayos clínicos y, por tanto, intenta reducir el sesgo debido a la confusión de las variables que se pueden encontrar en una estimación del efecto del tratamiento obtenido de la simple comparación de los resultados entre unidades que recibieron una intervención frente a los que no lo hicieron (en nuestro caso, la lactancia materna). Los resultados obtenidos concluyen que solo una de las tres variables cognitivas y no cognitivas analizadas resultó estadísticamente significativa (aunque no clínicamente relevante) como fue una diferencia de puntuación del índice de hiperactividad a los 3 años de -0,84 (IC95 - 1,33 a - 0,35) en aquellos lactados al menos seis meses; pero no así en ningún otra variable a los 5 años, por lo que los supuestos beneficios de la lactancia materna no se mantienen como diferenciales una vez los niños entran en el colegio.

Con este panorama, ¿cabe rasgarse las vestiduras por romper este pensamiento casi paradigmático de que la lactancia materna era motivo de niños y niñas más inteligentes? Yo creo que no, pues no es difícil pensar que la inteligencia es una cualidad multifactorial que se genera a lo largo de la vida, debido a que la inteligencia global de cada individuo tiene muchísima más influencia por factores externos a lo largo de la vida que por una alimentación determinada durante los primeros meses. Por ello, el problema de esta polémica no viene de la lactancia materna (que se mantiene como el método ideal de alimentación infantil), sino de pretender sacar conclusiones de algo muy difícil de concluir... Algo así como pedirle peras al olmo (de la investigación).

Y valen aquí las apreciaciones de la Dra. von Stumm: “Es importante tener en cuenta que, si bien este estudio no ha vislumbrado relación entre lactancia materna e inteligencia, existen otros beneficios sí demostrados como la potenciación del sistema inmune del niño. Es decir, las madres deben ser conscientes de que realizar lactancia materna es beneficioso, pero si por alguna razón no quieren o no pueden realizarla, eso no perjudicará la inteligencia o el futuro laboral de su hijo en la edad adulta”.

Para alguien puede resultar que someter los beneficios de la lactancia materna a este análisis (especialmente si, como en este caso, no salen siempre "estadísticamente significativos") es abrir la Caja de Pandora, pero de ello versa la Medicina basada en pruebas (mal llamada, Medicina basada en la evidencia): de ponerle más ciencia al arte de la medicina, de poner algo más de razón a la pasión, de refutar más que de aseverar, de mirar más la metodología que las conclusiones... y con humildad. La humildad a la que nos somete la ciencia y el buen juicio.

Algo parecido ocurrió hace más de tres años cuando se valoró el método NIDCAP. Pero con ello, nunca dijimos que el NIDCAP no fuera útil y necesario. Y menos hoy, este dilema no desacredita un ápice el que la lactancia materna no ocupe el mismo lugar privilegiado por el que todos luchamos.

Un abrazo, y ¡¡ feliz lactancia materna !!

miércoles, 14 de septiembre de 2016

¿Por qué ninguna universidad española figura entre las 150 mejores del mundo?


Hace una semana se publicó el ránking mundial de universidades por la consultora Quacquarelli Symonds (QS). Y nuevamente, y se utilice el ránking que se utilice, la Universidad española sale mal parada. El ránking QS, uno de los más conocidos junto al de Shanghai y al de Times Higher Education, mide, por encima de todo, la reputación académica, que cuenta un 40%, frente a clasificaciones que se centran más en la capacidad investigadora. También tiene en cuenta la ratio de profesores e investigadores por estudiante (20%), la citas publicadas por facultad (20%), la empleabilidad (10%), la ratio de estudiantes internacionales (5%) y el porcentaje de profesores e investigadores extranjeros (5%). 

En la décimotercera edición de esta clasificación, la Universidad de Barcelona vuelve a ser la que alcanza un puesto más alto en la lista, el 160, seguida a poca distancia por la Universidad Autónoma de Barcelona (el 203), la Universidad Autónoma de Madrid (el 210), la Universidad Complutense de Madrid (el 239) y la Universidad de Navarra (el 245). La enumeración de las 10 mejores españolas se completa con la Carlos III de Madrid, la Pompeu Fabra de Barcelona, las politécnicas de Cataluña y Valencia y la de Zaragoza. Pero los autores del QS advierten de un peligro: es mayor el número de centros españoles que caen que aquellos que suben. 

En la tabla anexa se indica el top 10 de universidades en el mundo, bastante conocidas y reconocidas.

¿Por qué algunas universidades triunfan y las nuestras no? El diagnóstico de los expertos de QS es que las universidades españolas están fallando en cuatro aspectos: 
1) No atrae a suficiente talento extranjero (bastante incompatible con la endogamia); 
2) Tiene que venderse mejor (o ser bueno y parecerlo); 
3) Falta empleabilidad; 
4) Se necesita más inversión (y utilizar mejor los recursos). 

En fin, que en este blog ya nos hemos quedado afónicos de repetir año a año la misma cantinela. 
- No hemos dejado de valorar críticamente los pros y contras de los ránkings: Cómo cocinar rankings universitarios... y no salir empachado. Que no es oro todo lo que reluce, pero si de forma consistente distintos ránkings son consistentes en decir lo mismo, sería osado y ridículo mirar para otro lado. 
- Y se han planteado algunas salidas, como Lo que la Universidad española puede aprender del modelo americano. 

Incluso la prensa, hace unos días, ha planteado una pregunta: ¿Es tan mala la Universidad española como dicen los ránkings? Y la mejor respuesta es la que pueda dar cada uno en su entorno universitario (y de paso conocer también la opinión de los alumnos). Y las cosas no van a mejor y nos los avisan. Ah... y ya algún día hablaremos de la ANECA, que no tiene desperdicio su contribución a ello.

lunes, 29 de septiembre de 2014

Cóctel de despropósitos: Reflexiones a propósito del caso Ashya King


El Comité de Bioética de la Asociación Española de Pediatría acaba de publicar una nota en su web que consideramos de gran interés para poder contribuir a su difusión desde este blog y lo hacemos con su mismo título. Y por dos motivos: por el tema que trata y por el análisis a través de los hechos, los valores y los deberes. 

En las últimas semanas, un nuevo caso con repercusión mediática ha saltado a la prensa, el caso Ashya King: "Ashya, un niño británico de 5 años afecto de un tumor cerebral (meduloblastoma), es sacado por sus padres del hospital de Southampton donde se encontraba ingresado, sin permiso de los profesionales. Se moviliza la Interpol, y el niño es finalmente localizado en España, e ingresa en el Hospital Carlos Haya de Málaga, mientras sus padres son encarcelados de manera cautelar y se les retira transitoriamente la tutela".

Desde esta nota, nos plantean las siguientes cuestiones abiertas a la reflexión y que recomiendo su lectura íntegra en el post original

- En primer lugar, el caso trae de nuevo a colación la relevancia de la comunicación médico-paciente.¿En qué punto se quiebra la alianza terapéutica dando paso a actitudes extremas, en lugar de favorecer un consenso entre padres y profesionales en beneficio del niño? 

- El segundo aspecto a tener en cuenta es el papel de los medios de comunicación y redes sociales. ¿Qué rol ejercen en situaciones de gran estrés emocional? 

 - Un tercer aspecto a considerar es el de la responsabilidad profesional. ¿Dónde situar el derecho a una segunda opinión o el deber de firmar el alta voluntaria? 

- La cuarta reflexión nos lleva a la referencia a las creencias religiosas de los padres y cómo ponderarlo con procurar el mejor beneficio para su hijo desde sus valores. 

- Y finalmente, aunque no menos importante, considerar los efectos perjudiciales directos que lo anterior ocasiona al pequeño. 

Como nos describen los autores de esta nota, el desenlace se materializa en el traslado del pequeño a Praga, en jet privado, para recibir la terapia de protones propuesta por los padres, a pesar de su falta de evidencia científica como opción terapéutica para el meduloblastoma, cuyo abordaje, consensuado por expertos en todos los protocolos internacionales, consiste en quimioterapia y radioterapia (estándar o hiperfraccionada) cráneo-espinal. 
De todo ello, se puede inferir que la consecución de cualquier objetivo influido y favorecido por la repercusión mediática, en este y otros casos similares, no siempre es beneficioso para los pacientes, puede resultar engañoso para la opinión pública, y cuestiona de forma acrítica el buen hacer de muchos profesionales. La toma de decisiones con menores debe ser, en la medida de lo posible, un proceso más consensuado y meditado, y menos compulsivo de lo que parece desprenderse de este caso, desde todas las instancias que participan. 

Gracias al Comité de Bioética por esta reflexión a través de los hechos, los valores y los deberes. Gracias por este regalo, que es una enseñanza para leer y entender mensajes periodísticos (demasiado sensacionalistas y escasamente reflexivos) que pueden aumentar las ventas, pero no ayudan a nadie. Y lo peor: no es un caso aislado...

viernes, 22 de agosto de 2014

Fracaso estrepitoso de España en el “mundial” de universidades


No seremos nosotros quienes no relativicemos los rankings o clasificaciones de todo tipo. En el caso de los rankings universitarios ya hemos hablado de cómo digerirlos sin salir empachados. Fue hace dos años cuando hablamos en este blog de un ranking que ha marcado un antes y un después: hablamos del Academic Ranking of World Universities (ARWU) que, desde hace 11 años, elabora el Center for World-Class Universities and the Institute of Higher Education of Shanghai Jiao Tong University (China) y se actualiza anualmente, y que nos permite conocer las universidades mejor valoradas a nivel global o por especialidades (Medicina, Física, Químicas, Matemáticas, Económicas, Ingeniería, Ciencias Sociales, etc.).

ARWU utiliza seis criterios para clasificar las universidades del mundo: número de alumnos (peso=10%), ganadores de Premios Nobel o medallas de reconocido prestigio en su campo (peso= 20%), número de investigadores altamente citados en Thomson Scientific (peso= 20%), número de artículos publicados en revistas de Nature y Science (peso= 20%), número de artículos indexados en Science Citation Index-Expanded y Social Sciences Citation Index (peso= 20%), y el rendimiento per cápita con respecto al tamaño de la institución (peso= 10%).

Se ha convertido en un sistema de referencia internacional, a pesar del alboroto y críticas a su debilidad metodológica. Le pasa lo mismo que al archifamoso Factor de impacto de las revistas científicas, que se espera cada año su clasificación y donde sitúa a cada universidad. Acaba de publicar el ranking ARWU del año 2013 e, incluso la prensa general, se ha hecho ya referencia de ello.

Más de 1.000 universidades se estudian por ARWU cada año y las 500 mejores se publican en la web. Este el ranking de este año cabe valorar que, de las 20 universidades situadas en primer lugar, hay 16 de Estados Unidos, 3 de Gran Bretaña y 1 de Suiza. En el podio se sitúan Harvard Universitiy, Stanford University y Massachusetts Institute of Technology. La "Champions" de las universidades, según la clasificación de Shanghai, se juega sobre todo en Estados Unidos, Gran Bretaña y, en menor medida, algunos centros suizos, franceses, suecos, holandeses y alemanes, además de los israelíes, que van escalando bien.

De nuevo España no está entre los 100 primeros. La Universidad de Barcelona es el primer y único centro español entre el puesto 151 y 200 de los 500 mejores del mundo. La Autónoma de Barcelona y Autónoma de Madrid aparecen entre los puestos 201 y 300. A partir del puesto 100 se hacen grupos y se colocan dentro los campus por orden alfabético. La Complutense de Madrid se sitúa entre el 301 y 400, al igual que la Politécnica de Valencia, la Universidad de Granada y la Pompeu Fabra. La Politécnica de Cataluña está entre el 401 y 500, como la Universidad de Santiago de Compostela, País Vasco y Zaragoza. Sin rastro del resto y son muchas las universidades españolas... y cada vez más: tanto como 82 universidades (de las que 50 son públicas y 32, privadas) el pasado curso y, desde el año 2001, se está creando a un ritmo de una universidad privada por año.

El debate sobre la universidad española y la enseñanza universitaria es constante en el tiempo. El problema ronda siempre alrededor de dos conceptos: cantidad frente a calidad. Sea como sea y mire como se mire, a nivel internacional, los criterios de calidad de la universidad española son deficientes. Por algo será,... y algo habrá que cambiar, especialmente la endogamia (considerado por especialistas el principal problema, que conlleva a mediocridad) y los actuales criterios y métodos de docencia, que no mejoran pese a intentar adaptarnos al "Plan Bolonia" y al Espacio Europeo de Educación Superior.
No obstante, la baja calidad de nuestro sistema universitario no es un problema aislado, sino consecuencia del retroceso que se ha producido en los niveles inferiores, tal y como se pone de manifiesto año tras año en los negativos resultados del informe Pisa. Un erróneo concepto del igualitarismo que suele convertirse en la nivelación a la baja para evitar discriminaciones, la prolongación de la enseñanza obligatoria hasta los 16 años, la promoción automática de los alumnos y la posibilidad de obtener el título con asignaturas suspendidas son algunas de las raíces de un problema que hereda la enseñanza universitaria pero que no compete sólo a ella.

Este “mundial” de universidades si es decepcionante, y no el pasado Mundial de fútbol. Este mismo año comentamos en el blog lo que la Universidad española puede aprender del modelo americano… o de otro modelos, pero así no vamos. Si hubiera vergüenza torera, las figuras relevantes que lideran la universidad española deberían dimitir… como en el fútbol (entendiendo que el fútbol es una chorrada y la universidad es muy importante).

lunes, 3 de febrero de 2014

Sobre "burbujas" y "mareas" en nuestro Sistema Nacional de Salud


José Luis Puerta es un buen amigo que ha sido de todo en el mundo sanitario. Pero algo de lo que se siente muy feliz es de seguir dirigiendo Dendra Médica /Revista de Humanidades, una publicación semestral que patrocina Fundación Pfizer. Una publicación que, si no existiera, habría que inventarla...

Y este post de hoy procede del Editorial del último número, firmado por él y bajo el título de La "burbuja sanitaria". Un artículo que conviene leer en su totalidad, pero del que subrayo algunas ideas esenciales. 

En los últimos de 25 años se han publicado cientos de informes sobre los males que aquejan a nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS) y los posibles remedios para superarlos. Lo cierto es que todo sigue prácticamente igual (de mal y enrevesado), aunque se pueden apuntar algunos intentos aislados de reformas. Así, se pueden citar las Entidades de Base Asociativa de Cataluña, que hoy suman un total de 10; las empresas públicas sanitarias de Andalucía; el temido, por privatizador, «modelo Alzira», cuyo marbete hoy apenas agrupa media docena entre los 400 hospitales públicos que existen en España; la Fundación Hospital de Alcorcón que, con el tiempo y arrinconando los principios que animaron su creación, ha claudicado y funciona como un hospital público más; o la flamante modificación del copago farmacéutico. Por no hablar de la reciente "marea blanca" que durante los últimos 15 meses ha invadido Madrid. 

Un buen sistema sanitario accesible a todos los ciudadanos es un elemento clave para la deseable distribución de la riqueza, la cohesión social y el bienestar de las personas. La Sanidad es el servicio público que los ciudadanos (independientemente del color político) consideran que en mayor medida justifica los impuestos que pagan. Pero también son conscientes de que es del que se hace peor uso y tiene mayor margen de mejora. Percepción que retrata el inmovilismo que caracteriza al SNS, no siempre capaz de adaptarse a los profundos cambios sociales, demográficos y tecnológicos. La fuerte caída de los ingresos fiscales ha puesto en entredicho sus problemas estructurales, algunos de los fundamentos que lo soportan y su viabilidad económica. Y, como nos recuerda el autor, tenemos que romper los clichés del pasado, tanto los que suponen que el Estado puede solucionar cualquier problema, como los que dan por sentado que la gestión privada siempre es más ventajosa. 

Porque, al igual que aplicamos la "prevención cuaternaria" para la microgestión de los profesionales cada día a pie de cama o de consultorio, esa "prevención cuaternaria" cabe aplicarla a la meso y macrogestión. Porque, como es bien conocido, cuando aumenta la oferta (más centros y más personal) también lo hace la demanda (más consultas, más pruebas, más medicinas y más listas de espera). Y no siempre, ésa es la solución... 

Sin duda que nuestro sistema sanitario tiene fortalezas (por ejemplo, su equidad, el ser campeones en trasplantes y que nuestra esperanza de vida es de las más altas del mundo), pero la realidad es que son patentes las debilidades. Como la verdad no debe ser nunca un final de trayecto en el que echarse a dormir, sino una senda continua de indagación, vale la pena mantener, como José Luis Puerta, una continua reflexión y un debate productivo. 

Porque hay que evitar la "burbuja sanitaria" (en cinco años hemos pasado de 45.000 a 70.000 médicos, por no hablar de que somos el país de Europa con más Facultades de Medicina), porque las "mareas blancas" no pueden ocurrir solo en Madrid (y está confirmado que la fórmula de gestión de los hospitales no determina los resultados), y porque las oportunidades de nuestro SNS deben prevalecer sobre las amenazas... 

Y finalizo con las palabras de William Osler de la propia editorial: "La peor acción del hombre es dejar que las `cosas que han sido´ acaben perdiéndose y que un presente irracional dé al traste con lo que tuvimos".

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Neo-Dividencias. Racionalizar el cribado de metabolopatías congénitas


Los cribados en general, y el de las metabolopatías congénitas en particular, han de formar parte de un Programa: una cosa es una cosa, y seis media docena. Y en este caso, una cosa es la PRUEBA y otra el PROGRAMA (se puede profundizar en este artículo que publicamos hace 8 años, pero totalmente válido en su reflexión y argumentos). 

Con esto decimos algo que se entiende bien: no basta con tomar las muestras y dar el resultado a los padres, sino que detrás de esto tiene que haber todo un entramado asistencial que dé respuesta a estos casos detectados, que se les atienda adecuadamente, que se les siga, y que se evalúe el programa para mejorar sus procedimientos en caso de que se detecten fallos subsanables. Y sobre todo que evalúe el balance riesgos-beneficios-costes, incluyendo en esta lectura conceptos imprescindibles (y no siempre tenidos en cuenta) sobre los programas de cribado poblacionales (dado que vamos a estudiar a la población general sana) y poniendo especial énfasis en el potencial perjuicio del sobrediagnóstico (falsos positivos, con el consecuente fenómeno de etiquetado y efecto cascada de pruebas de confirmación) y en los sesgos del cribado (sesgo de adelanto del diagnóstico, sesgo de duración de la enfermedad y sesgo de participación). 

No es la primera vez que en este blog se aborda la cordura y equidad de las llamadas pruebas metabólicas (prueba del talón): ver enlaces 1, 2 o 3. Hace un tiempo debatimos este aspecto a partir de un artículo publicado en Medicina Clínica sobre el cribado neonatal ampliado por medio de la espectrometría de masas en tándem (MS/MS), técnica que ha permitido, progresivamente, ampliar el estudio de enfermedades metabólicas (de los aminoácidos, ácidos grasos y ácidos orgánicos) a 29 entidades. Sobre el cribado ampliado y la MS/MS pudimos debatir en Medicina Clínica: y el debate siempre es constructivo mientras sea científico y respetuoso en busca de propuestas de racionalización. 

Abajo os dejamos el PDF de nuestra carta y la contestación de los autores. Un buen debate para el que no se sonroje por hablar con datos sobre la mesa de la "arrogancia preventiva" o de la "pornoprevención", que comentan con acierto algunos autores (incluido algún libro monográfico).

Este artículo de Juan Gérvas y Mercedes Pérez Fernández en Gaceta Sanitaria, profundiza sobre los siguientes puntos: 1) Los cribados no disminuyen la incertidumbre clínica y 2) Los cribados se fundan en el falso concepto de "evolución natural de la enfermedad". 

Bienvenido el debate que permita racionalizar los cribados, a todas las edades, más en pediatría. Sobre ello profundizaremos en 48 hs en el II Curso Avanzado del Comité de Bioética de la Asociación Española de Pediatría.