lunes, 31 de mayo de 2021

Proyecto “Un hospital de cuento”, más allá de la trilogía


Desde el curso escolar 2014-2015 se viene desarrollando en nuestro Servicio de Pediatría el proyecto UN HOSPITAL DE CUENTO,  desarrollado de forma multidisciplinar por cuatro entidades. Dos dentro del propio HGUA: el Servicio de Pediatría del Hospital General Universitario de Alicante y la Unidad Pedagógica Hospitalaria de dicho hospital, perfectamente integrado en la misión, visión y valores de nuestra organización sanitaria. Y dos de fuera del hospital: el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ) y el pueblo de Onil, el mayor fabricante de muñecas de España, y su Asociación de Amigos de la Muñeca. 

Desde ese momento se marcaron los objetivos:  

Objetivo general: conocer las sociedades y su cultura a través del legado patrimonial que nos han dejado los hombres y mujeres del pasado creando un espacio común de trabajo entre el museo y el HGUA en beneficio de los niños enfermos para que su estancia en el hospital sea más agradable. Trabajar por un hospital pediátrico optimista donde integrar la metodología educativa y psicosocial de la UPH en la dinámica del hospital, donde los niños y niñas vivan el ingreso hospitalario como algo más que un espacio sanitario y en el que suceden cosas maravillosas que no podrían suceder de otro modo o que difícilmente habrían vivido en otras circunstancias. 

Objetivos específicos: 
- Comprender la importancia que ha supuesto el extraordinario legado cultural y tecnológico de nuestros antepasados. 
- Fomentar en los escolares la afición por la arqueología, y a la historia acercándolos a sus herramientas y métodos de trabajo. 
- Comprender el trabajo del arqueólogo y del historiador, y su importante labor para la comprensión de la Historia. 
- Valorar los descubrimientos y restos arqueológicos que se han realizado a lo largo de la Historia, descubrimientos e inventos que nos son útiles y nos ayudan a seguir progresando. 
- Estimular la asistencia al aula hospitalaria y su participación dentro de ella, y potenciar el trabajo en equipo. 
- Reconstruir aspectos de la vida cotidiana en el pasado. 
- Fomentar actitudes que promocionen el cuidado del patrimonio histórico. 
- Darse cuenta como en nuestra provincia se han dado multitud de culturas y la convivencia entre ellas. 
- Potenciar el patrimonio histórico como símbolo de identidad cultural, favoreciendo su estudio. 
- Fomentar la lectura y la creatividad. Facilitar a través de la edición del cuento el reingreso del alumno a su centro escolar. 

- Y con un objetivo muy concreto: creación por parte de los alumnos y del MARQ del CUENTO correspondiente a cada época histórica trabajada durante el curso académico en el Aula Hospitalaria. Una acción enfocada a un programa de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) a favor de la Fundación del Servicio de Pediatría y dirigida a la investigación pediátrica asociada a nuestro Instituto de Investigación ISABIAL. 

Pues bien, en este periodo ya hemos publicado un trilogía: "Chispita viaja a la Prehistoria", publicado en 2016, "Chispita viaja a la Época Íbera" en 2018 y “Chispita viaja al Mundo Maya" en 2021. Donde nuestra mascota Chispita es esa llama que nos acompaña por la Historia y las historias, y cuya autora es la niña Lucía Guirado. 


Unos cuentos que tienen como coordinadora a mi buena amiga, Gema Sala, historiado del MARQ, y como protagonistas a los pequeños pacientes hospitalizados y sus dibujos que decoran los cuentos. Y, con ello, trabajar por un hospital pediátrico optimista donde integrar la metodología educativa y psicosocial de la UPH en la dinámica del hospital, donde los niños y niñas vivan el ingreso hospitalario como algo más que un espacio sanitario y en el que suceden cosas maravillosas que no podrían suceder de otro modo o que difícilmente habrían vivido en otras circunstancias. Y de paso, aprendan… divirtiéndose con los talleres tanto presenciales como virtuales. 

El proyecto “Un hospital de cuento” ha llegado a su trilogía… pero irá más allá, pues están en marcha nuevos proyectos y nuevas mascota.



sábado, 29 de mayo de 2021

Cine y Pediatría (594) “Pinocho”, el muñeco de madera que quería ser niño

 

El italiano Carlo Collodi publicó a finales del siglo XIX la novela “Le avventure di Pinocchio”, que publicó inicialmente desde 1882 hasta 1883 en el periódico Giornale per i bambini y con el título “Storia di un Burattino” (Historia de un títere), acompañada de las ilustraciones de Enrico Mazzanti. Es una de las obras más leídas de la literatura universal, traducida más de 250 idiomas y dialectos, y también uno de los libros más vendidos de todos los tiempos. 

La historia es bien conocida: el carpintero Geppetto es un humilde hombre que siempre había deseado tener un hijo y un buen día se le ocurre la genial idea de tallar una marioneta de madera con la forma de un niño de verdad; esta marioneta cobra vida inesperadamente y se convierte en un niño travieso y desobediente al que llama Pinocho (o Pinocchio en la versión original). Quizás menos conocido es que Collodi no pensó en su trabajo como una obra de literatura infantil, pues en la versión original Pinocho es una historia relativamente cruenta donde es ahorcado por sus innumerables faltas y sólo en versiones posteriores la historia obtendría su famoso final en el que la marioneta se convierte en un niño de verdad. También se ha comentado la influencia de la masonería en la obra, pues Collodi, que era masón, muestra a través del cuento de Pinocho una alegoría sobre la formación de las personas basado en el honor, la verdad y la virtud. 

Desde su primera publicación, la novela ha dado lugar a diversas adaptaciones a lo largo del tiempo, entre las que se incluyen obras de teatro, ballets, óperas y, cómo no, películas. Entre las numerosas adaptaciones cinematográficas podemos destacar las siguientes: la película animada de Disney, Pinocho (Ben Sharpsteen y Hamilton Luske, 1940), considerada una pieza maestra dentro del cine de la animación y, tal es así que se seleccionó para su preservación en el Registro de Películas de Estados Unidos; Las fantasías de Pinocho (Luigi Comencini, 1972), también de animación en versión italiana; Pinocho, la leyenda (Steve Barron, 1996); Pinocho y Geppetto (Michael Anderson, 1999); Pinocho (Roberto Benigni, 2002); P3K: Pinocho 3000 (Daniel Robichaud, 2004), película de animación canadiense donde, en vez de ser un muñeco de madera, es un robot; Pinocho (Matteo Garrone, 2019), donde Roberto Benigni pasa de director en su película de 2002 a actor en ésta. Pero las adaptaciones continúan año a año, y dos están a punto de estrenarse en el año 2022: la película de animación dirigida para Netflix por Guillermo del Toro y Mark Gustafson, bajo el título de Pinocho, de Guillermo del Toro y también la versión en imagen real dirigida por Robert Zemeckis, Pinocho, y que cuenta con la participación de Tom Hanks, actor fetiche del director.

Y hoy nos acercamos a la última versión estrenada, Pinocho, la correspondiente al director romano Matteo Garrone, conocido por películas como el Taxidermista (2002) y, sobre todo, Gomorra (2008), adaptación del famoso libro de Roberto Saviano. Y es en el año 2019 cuando cambia de registro para dirigir este clásico de la literatura con una fantasía que se sustenta en la aproximación naturalista del uso de la luz y la captura de ambientes que se sienten cercanos por la autenticidad de los decorados y la verosimilitud de los maquillajes prostéticos. Una película donde lo mágico reside más en el interior de los personajes que fuera, donde se proyectan sus ambiciones y sueños rodeados de miseria, injusticia y falta de escrúpulos. 

Y para esta película el director contó con un gran aliado: Roberto Benigni en el papel de Gepetto. Hacía mucho que no se veía a Roberto Benigni en las pantallas, tras el éxito internacional que conquistó nuestros corazones con La vida es bella (1997); de hecho, en los últimos 15 años solo había actuado en A Roma con amor (Woody Allen, 2012). El intérprete italiano regresó al cine luego de un largo periodo de ausencia protagonizando – con igual histrionismo - una historia que sin duda debe conocer al dedillo, pues a fin de cuentas en 2002 había dirigido su propia adaptación de Pinocho con un presupuesto de 45 millones de euros que, sin embargo, recibió críticas negativas y estuvo muy lejos de recuperar la inversión. También contó Garrone con la bella actriz francesa Marine Vacth, protagonista de Joven y bonita (François Ozon, 2012) en el papel del Hada Azul y con niño Federico Ielapi en el papel de Pinocho. Y en esta película van apareciendo todos los principales personajes de esos 36 capítulos del cuento original, de forma bastante fidedigna: el maestro carpintero Cereza, el Grillo, el Gran Teatro de las Marionetas, el titiritero Comefuego y el resto de marionetas, el Zorro y el Gato, la taberna de la Gamba Roja, el Gran Roble, los tres médicos (el Halcón, la Lechuza y el Grillo), el Campo de los Milagros, el Caracol, su amigo Lucignolo, el País del Juego, el Tiburón y el Atún. 

Y el visionado de esta película nos pone en la pista de aquello de que, quizás, es una historia poco infantil. Pues es cierto que hay escenas entrañables, como cuando Gepetto grita en medio de la noche “¡He tenido un hijo!”, al ver que su marioneta de madera cobra vida, o cuando su padre le compra un abecedario y le manda a la escuela diciéndole “Tienes que ser el primero de la clase, ¿me lo prometes?”, o cuando le crece la nariz al mentir (que probablemente es lo que más ha calado en nuestro recuerdo de este personaje). Pero se mezcla con otras escenas crudas y extrañas para esta edad: cuando el Zorro y el Gato le cuelgan de el Gran Roble, o cuando es detenido y juzgado por un Juez Mono que encarcela a los inocentes y libera a los ladrones, o ese maestro de escuela que somete a severos castigos a sus alumnos y cuya actitud nada tiene que ver con lo que escribe en la pizarra: “El maestro es un segundo padre para sus alumnos”

Quizás el mensaje principal de esta obra es cómo este travieso y díscolo muñeco de madera que habla desea convertirse en un niño para poder crecer. Pero para conseguirlo, el Hada Azul le dice: “Pórtate bien y en el futuro serás feliz”, algo que al principio no consigue hacer, pues se escapa de su hogar y de la escuela, pero las experiencias de la vida, le hacen cambiar. Y en su camino para lograrlo debía aprender a obedecer, ser responsable, actuar con sinceridad, compromiso y amor. Y al final puede gritar: “Papá, ¡me he convertido en un niño!”. 

Porque Pinocho es el viaje de un muñeco de madera hasta convertirse en niño, un viaje que nos muestra una transformación interna que se da a través de las experiencias que va viviendo a lo largo de su vida al descubrir el valor de la amistad, la verdad y el respeto. Porque como cualquier niño, Pinocho siente curiosidad por el mundo y aprende por ensayo y error qué está bien y qué está mal. Así, en  una Italia rural y atemporal, Pinocho inicia un viaje que lo enfrentará cara a cara con la naturaleza, el reino animal y el mundo de la imaginación y que le llevará a valorar la educación en el colegio y a no codearse con haraganes mientras que el Hada Azul vela por su vida.  Y al menos se derivan tres enseñanzas a transmitir a los más pequeños, sobre el gran papel de la figura paterna, los amigos y las influencias:1) cuando Pinocho decide dejar de ir a la escuela para ir a jugar y divertirse, se empieza a plantear la desobediencia; entonces el Grillo actúa como una figura que intenta corregir esas acciones, pero al no hacerle caso debe aprender por las malas a hacerse responsable de sus actos; 2) la amenaza de que la nariz de Pinocho crezca cada vez que miente es una enseñanza para reconocer el valor de la verdad en todo momento; 3) globalmente, el saber que en sus aventuras se encierran los valores de obediencia, amor y respeto por la familia y por la verdad. 

Al visionar de nuevo la historia de esta película, quizás entendemos un poco más porque Carlo Collodi, su autor, la concibió como una historia para adultos; sin embargo, la casualidad o el destino hicieron que acabara publicada en una revista infantil. Porque Pinocho duele. Siempre lo hizo. Y el resultado de esta adaptación es una película convulsa y turbia, así como profunda y extravagantemente  bella.

miércoles, 26 de mayo de 2021

Cómo realizar y evaluar una guía de práctica clínica


Dicen que la MBE (Medicina basada en la evidencia o en pruebas científicas) va en busca de una práctica clínica que intenta resolver de la mejor forma posible la ecuación entre “lo deseable, lo posible y lo apropiado”, teniendo presente que la medicina es una ciencia sembrada de incertidumbre, variabilidad en la práctica clínica, sobrecarga de información, aumento de demanda y limitación de recursos. Y para ello propone un método estructurado para resolver las dudas derivadas de la práctica clínica habitual, mediante cinco pasos estructurados fundamentales: 
- Paso 1: Formular una PREGUNTA clara a partir del problema clínico a analizar. 
- Paso 2: BÚSQUEDA sistemática de las MEJORES PRUEBAS disponibles en la bibliografía. 
- Paso 3: VALORACIÓN CRÍTICA de las mejores evidencias científicas encontradas. 
- Paso 4: APLICABILIDAD de los resultados de la valoración a nuestra práctica clínica. 
- Paso 5: Evaluar su rendimiento, en base a estudios de ADECUACIÓN de la práctica clínica a la evidencia científica. 

Y dentro de la MBE, podemos considerar a la valoración crítica como el eje central de la MBE. Y la aproximación pedagógica se desarrolla en los TALLERES DE LECTURA CRÍTICA, cuyos fundamentos se basan en los siguientes puntos del programa CASP (Critical Appraisal Skills Programme). Y así lo han entendido desde el Departamento de Salud de Denia, donde han contado con la experiencia adquirida en el Comité de Trabajo de Pediatría Basada en la Evidencia de la AEP durante las últimas dos décadas para el desarrollo de esta actividad en los últimos años
- En el año 2018 desarrollamos el Curso sobre Valoración crítica del ENSAYO CLÍNICO. 
- En el año 2019 hemos desarrollado el Curso sobre Valoración crítica de la REVISIÓN SISTEMÁTICA / METANÁLISIS. 
- En el año 2020 se paró el mundo por la pandemia COVID-19 y no se pudo realizar. 
- Y este año 2021 hemos regresado con el Curso sobre Valoración crítica de GUÍAS DE PRÁCTICA CLÍNICA. 

En este taller hemos establecido los siguientes objetivos: 
- OBJETIVO GENERAL: Aprender la sistemática de realización y evaluación de una GPC. 
 - OBJETIVOS ESPECÍFICOS: 1) Recordar los pasos esenciales para realizar una GPC; 2) Conocer las diferencias de elaboración de una GPC: opinión de expertos, consenso y evidencia; 3) Diferenciar entre centros elaboradores y de almacenamiento de GPC; 4) Reconocer 3 propuestas para valoración de una GPC: AGREE, GRADE y ADAPTE; 5) Realizar la valoración in situ de una GPC. 

El decálogo de una buena GPC incluye: validez, fiabilidad, reproductibilidad, flexibilidad, aplicabilidad, claridad, multidisciplinariedad, metodología explícita, actualización y revisión programada e independencia. Y en este entorno es esencial conocer la aplicación de AGREE II, como instrumento genérico desarrollado por un grupo internacional de expertos para evaluar la calidad de todo tipo de GPC, evaluando los beneficios, daños, costes y aspectos prácticos y la probabilidad de alcanzar resultados; dirigido a gestores, clínicos y educadores. 

Toda y más información de esta presentación conlleva el agradecimiento expreso a los compañeros del Grupo de Trabajo de Pediatría Basada en la Evidencia por la labor docente desarrollada en conjunto con ellos durante las últimas dos décadas.

lunes, 24 de mayo de 2021

La alternativa de publicar en Open Access en Pediatría


En el año 2018, Marta Pulido, editora médica independiente con amplia trayectoria en España, publicó el libro "Cómo publicar artículos en revistas biomédicas de impacto", una guía fácil y práctica para evitar los rechazos y adaptada a la pediatría. Sobre ello hemos trabajado desde hace años dimos buena cuenta en este blog.  Como consecuencia de su amplia experiencia, recientemente se publicó en Anales de Pediatría el artículo “Como publicar en revistas de impacto en pediatría: papel de las revistas open access”.  

Porque es conocido que publicar artículos en revistas científicas de prestigio no es una tarea fácil, especialmente por tres motivos principales: la dificultad para diseñar y ejecutar investigaciones competitivas de calidad, las altas tasas de rechazo de la mayoría de las revistas de alto impacto, y la falta de formación sistematizada sobre la metodología de las publicaciones biomédicas en los programas curriculares. Y, por ello, en este artículo Marta Pulido diseña un práctico decálogo que conviene revisar: 
1. Publicar cuando se tiene algo que decir 
2. Revisar la literatura 
3. Decidir el tipo de artículo 
4. Elegir la revista adecuada 
5. Evitar errores en la elección de la revista 
6. Seguir las instrucciones para los autores 
7. Comprobar si se aplica alguna guía metodológica 
8. Redactar la carta de presentación (cover letter
9. Resolver los aspectos éticos antes del envío 
10. Contestar adecuadamente a los revisores.  

Interesante revisar las causas principales de rechazo de los manuscritos enviados para publicación en revistas pediátricas: 
- En relación con la originalidad/actualidad del tema: hechos conocidos o ya descritos; planteamiento/pregunta de investigación de escasa relevancia o interés actual; aplicabilidad clínica limitada; generalización a otros entornos reducida (validez externa); escaso interés/utilidad para los lectores de la revista. 
- En relación con el diseño/métodos: diseño/concepción inadecuada para responder a la pregunta de investigación; tipo de estudio defectuoso; deficiencias en la elección de variables principales y secundarias; limitaciones en la selección de la muestra y enfoque estadístico. 
- En relación con la interpretación de los hallazgos: conclusiones infundadas; inferencias no justificadas por los resultados; no consideración de argumentos alternativos; comparación deficiente con estudios previos; sobrevalorar la aportación real del estudio; salta de mención de las limitaciones del estudio. 
- En relación con la estructura/redacción: no cumple las instrucciones para autores; organización deficiente; faltas de sintaxis, errores gramaticales, falta de lógica; no queda claro el mensaje del estudio. 

En la actualidad conviven dos modelos de publicación: el primero está formado por las revistas convencionales distribuidas bajo suscripción, y el segundo, por las revistas de acceso libre (open access) que implica casi siempre, o siempre en las revistas híbridas, tener que abonar un article processing charges (APC) o coste de procesamiento del manuscrito, una vez el trabajo ha sido formalmente aceptado para publicación. Esto no es nuevo, pero sigue siendo un dilema el “copyright” frente al “copyfight” de un modelo frente al otro. Y en el artículo se resumen las ventajas e inconvenientes de las revistas Open Access. 

Ventajas del Open Acces: 
- Rapidez de publicación, el artículo está disponible a las 24-48 h tras la aceptación 
- Las tasas globales de aceptación pueden ser superiores 
- Máxima difusión del artículo por circular libremente y sin restricciones en internet 
- Pueden ser la única (o casi) opción para publicar ciertos tipos de artículos (por ejemplo, casos clínicos) 
- El copyright (derechos de reproducción) es de los autores, no se transfiere a la revista 
- Se puede controlar el uso de descargas y consulta del artículo 
- Favorece la citación 
- En entornos de recursos limitados es un recurso muy valioso de información 

Inconvenientes del Open Acces: 
- Hay que pagar para publicar (APC) 
- Pueden no estar indexadas en PubMed/PubMed Central 
- Muchas revistas no tienen factor de impacto porque no están indexadas en la base de datos del Journal Citation Reports de la Web of Science, pero si se acaban incluyendo suelen tener factores de impacto relativamente altos desde el principio 
- La calidad puede ser inferior. 

Y a la hora de escoger una revista de acceso libre es fundamental comprobar que incluya el sistema de revisión por pares (peer review) en su sistemática editorial como distintivo de calidad. El Directory of Open Access Journals (DOAJ) es una base de datos que recoge un gran número de revistas científicas de acceso libre y con revisión por pares.

sábado, 22 de mayo de 2021

Cine y Pediatría (593). La infancia y adolescencia a juicio en “Monstruo” y "Un niño culpable"

 

Las películas judiciales constituyen un subgénero en el séptimo arte, considerando como tal aquellos dramas que tienen como escenario un tribunal, con declaraciones de los testigos, interrogatorios exhaustivos, protestas aceptadas o denegadas, y jurados atentos para luego deliberar con fundamento. Algunas permanecen en nuestra memoria: Doce hombres sin piedad (Sidney Lumet, 1957), Testigo de cargo (Billy Wilder, 1957), Anatomía de un asesinato (Otto Preminger, 1959), El juicio de Nuremberg (Stanley Kramer, 1961), En bandeja de plata (Billy Wilder, 1966), Veredicto final (Sidney Lumet, 1982), La caja de música (Constantin Costa-Gravas, 1989), Presunto inocente (Alan J. Pakula, 1990), El misterio Von Bülow (Barbet Schroeder, 1990), Algunos hombres buenos (Rob Reiner, 1992), Philadelphia (Jonathan Demme, 1993), La tapadera (Sydney Pollack, 1993), En el nombre del padre (Jim Sheridan, 1993), El cliente (Joel Schumacher, 1994), Pactar con el diablo (Taylor Hackford, 1997), Legítima defensa (Francis Ford Coppola, 1997), Acción civil (Steven Zaillian, 1998), La caja de música (Constantin Costa-Gavras, 1999), Erin Brockovich (Steven Soderbergh, 2000), El jurado (Gary Fleder, 2003), El secreto de Vera Drake (Mike Leigh, 2004), Fracture (Gregory Hoblit, 2007), Michael Clayton (Tony Gilroy, 2007), Aguas oscuras (Todd Haynes, 2019), El juicio de los 7 de Chicago (Aaron Sorkin, 2020), entre otros. Algunos de estos clásicos títulos ya forman parte de la familia de Cine y Pediatría como Matar a un ruiseñor (Robert Mulligan, 1962), Kramer contra Kramer (Robert Benton, 1979), Yo soy Sam (Jessie Nelson, 2001), Custodia compartida (Xavier Legrand, 2017) o El veredicto (La ley del menor) (Richard Eyre, 2017). 

Menos habituales son las películas judiciales cuando el acusado de homicidio es un adolescente o un niño. En esas circunstancias todo cambia, y es como si la propia sociedad se sometiera a juicio. Y de ello versan dos recientes películas, una estadounidense para el cine, Monstruo (Anthony Mandler, 2018), y otra británica para la televisión, Un niño culpable (Nick Holt, 2019). Y hoy vienen de la mano, pues merecen una reflexión común. 

- Monstruo (Anthony Mandler, 2018) se fundamenta en la novela “Monster” de Walter Dean Myers, especializado en literatura para jóvenes adultos. Tras más de dos décadas como director de comerciales y videoclips para destacadas figuras de la música (como Beyoncé, Rihanna, Jay-Z, Shakira, Nicki Minaj, Justin Bieber, Muse, Lana del Rey, Taylor Swift, Lenny Kravitz, The Weeknd o Jonas Brothers), Mandler debuta en el largo con esta obra que viene avalada por su etiqueta de cine independiente desde Sundance. 

Narra la historia de Steve Harmon (Kelvin Harrison Jr.), un joven de raza negra de 17 años que ha crecido en el barrio de Harlem en Nueva York, estudiante brillante, aficionado al cine y buen hijo, pero sobre el que cae la losa de un asesinato en el que asegura no haber participado, pero donde pesan más los prejuicios que las pruebas. Y nos él mismo nos narra esta historia en primera persona: "A plena luz del día parecía una película. Esta es esa película. Mi historia. Escrita, dirigida y protagonizada por Steve Harmon". Y mediante el montaje paralelo de dos líneas temporales tratadas con una fotografía diferencial, iremos alternando entre la evolución del juicio y la vida de Steve Harmon, llegando al clímax con la resolución del jurado popular y terminando de encajar las piezas del puzle del crimen. El juicio, los abogados, el jurado popular, el veredicto… y su reflexión: "Niño, hombre, humano o monstruo. Es genial poder serlo. ¿Y tú qué ves cuando me miras?". 

Un drama intimista y reflexivo sobre la delgada línea que separa la inocencia de la culpabilidad en el sistema judicial. Y sirva la metáfora que nos deja su profesor de cine cuando proyecta en clase la película Rashomon (Akira Kurosawa, 1950) para establecer un paralelismo entre el punto de vista de un cineasta ante su obra con la propia manera en qué afrontamos la vida real. Y surge nuestra pregunta: ¿hay una única verdad? Y surge la pregunta de nuestro protagonista: “¿Debería definir mi vida por un solo instante?”

- Un niño culpable (Nick Holt, 2019) se constituye en un drama judicial inspirado en un caso real donde un niño de 12 años fue acusado de asesinato. Y así comienza: “Con arreglo a la Ley de Infancia y Juventud de 1963, los niños de apenas 10 años pueden ser juzgados por asesinato. Basada en una historia real”. Ese mensaje continúa con la imagen de Rafael McCullin, Ray (increíble Billy Barrat), ese niño de 12 años angelical – apenas entrando en la adolescencia – y sometido a un juicio por sospecha de asesinato. Y como en la película anterior, también se fundamenta en ese montaje paralelo que alterna entre la evolución del juicio y la vida de Ray, llegando al clímax con la resolución del jurado popular. Y de nuevo un tribunal, abogados, una familia disfuncional, un psicólogo, un juez y un jurado público. “Rafael McCullin, no se imagina la tristeza que me produce verle aquí acusado de matar a un hombre. Y brutalmente” le dice el juez. Y el psicólogo determina que, tras recordar lo ocurrido Rafael, presenta un desorden por estrés postraumático, pero no es un psicópata, que muestra empatía y sensibilidad, es inteligente, reservado y comedido. 

La historia nos descubre que Ray huye de casa porque no puede seguir viviendo con su padre y se va a la casa de la madre. Esta vive ahora con otra pareja que no le quiere allí, un violento padrastro que ataca también a su hermano mayor, Nathan, con una pequeña hacha. Y aunque es detenido por la policía bajo el cargo de intento de asesinato, regresa al hogar donde su violencia se extiende a su esposa y a los atemorizados hijastros. 

Vamos reconociendo que Ray es un buen alumno, buen hijo con su madre y buen hermano, tanto con Nathan como con sus dos pequeñas hermanastras. Por ello suena desconcertante la descripción del homicidio del padrastro, perpetrado por los dos hermanos mientras aquél dormía: “Cincuenta y siete puñaladas en la espalda a distintas profundidades, 12 más largas en la parte derecha del pecho… Intento prolongado de decapitación y un solo fragmento de piel conectado al cuerpo”. Finalmente el jurado declara culpable a los dos hermanos. Ray explica a su madre que lo hizo para protegerla a ella y a su hermano, pero ella le dice: “¿De qué ha servido si no estamos juntos?”. 

Y este colofón: “La edad mínima de responsabilidad legal en Inglaterra y Gales es de 10 años. En 1995, el Comité de los Derechos del Niño de la ONU estableció que esto era incompatible con las obligaciones del Reino Unido respecto a los derechos de los niños. Desde entonces han sido juzgados 7057 niños de edades comprendidas entre 10 y 14 años”. 

Dos películas, Monstruo y Un niño culpable, para ver el cine judicial bajo otro prisma. El prisma de la infancia y adolescencia, y en ella preguntarse cuestiones de difícil respuesta: ¿puede un niño cometer el crimen de un adulto?, ¿cuáles son los límites de edad para la ley y la pena aplicada?

 

miércoles, 19 de mayo de 2021

Hojas informativas para padres sobre principales patologías neuropediátricas

 

La información sanitaria adaptada a las familias siempre es un recurso bienvenido entre la población general. Y así lo entendió también la Sociedad Española de Neurología Pediátrica (SENEP), quien pone a nuestra disposición esta información.

Un recurso que puede utilizarse como hojas informativas para pacientes y familias, y que se puede consultar en este enlace, y con estos temas de momento:

- Cefalea tensional 
- Migraña 
- Neurofibromatosis tipo 1 
- Complejo esclerosis tuberosa 
- Sturge Weber 
- Tics 
- Síndrome de Tourette 
- Estereotipias primarias 
- Trastornos paroxísticos no epilépticos 
- Autoestimulación 
- Crisis febriles 
- Epilepsias focales edad dependientes 
- Epilepsia generalizada idiopática 
- Epilepsia y régimen de vida 
- Fármacos antiepilépticos 
- Distrofia muscular de Duchenne 
- Síndrome Guillain-Barré 
- TDAH, generalidades 
- Trastornos del espectro autista 
- Trastornos del aprendizaje 
- Trastorno del aprendizaje no verbal (TANV)
-  Estudios genéticos
- Despertar confusional 
- Movimientos periódicos de las piernas 
- Insomnio infantil 
- Pauta de higiene de sueño en lactantes 
- Pesadillas 
- Síndrome de apnea-hipopnea del sueño 
- Síndrome de las piernas inquietas 
- Somniloquias 
- Sonambulismo
- Terrores nocturnos 
- Bruxismo 
- Síndrome de retraso de fase 

Cada tema viene dividido en varios pequeños apartados: definición, frecuencia, causa, clínica, recomendaciones y tratamiento, evolución y pronóstico. 

lunes, 17 de mayo de 2021

Neo-Dividencias. La "hora de oro" y la "hora sagrada" en Neonatología

 

En Neonatología, el término “hora de oro” (u "hora dorada") se refiere a los primeros 60 min de la vida de un recién nacido (RN), periodo de adaptación en el que ocurre una transición crítica de una vida intraútero a su vida extraútero, con la placenta como frontera. En particular para los RN de alto riesgo (y el paradigma es la prematuridad) son fundamentales la termorregulación óptima, el control glucémico, el apoyo cardiorrespiratorio y la alimentación, tiempo crucial para lograr resultados satisfactorios en el largo plazo. 

La "hora de oro" ofrece una oportunidad para llevar a cabo una estrategia estandarizada basada en evidencia con el fin de lograr estos objetivos. La evidencia muestra que la implementación de un protocolo para la "hora de oro" reduce la mortalidad y la frecuencia de hipotermia, enfermedad pulmonar crónica (DBP), hemorragia intraventricular (HIV) y retinopatía de la prematuridad (ROP), esa triada de siglas clave en el gran prematuro. 

Periodo clave para iniciar el tratamiento para estabilizar al RN, pues durante la primera hora de vida se produce la transición neonatal en todos los órganos y sistemas tras liberarse de la placenta. Una hora con elevada morbi-mortalidad y con gran impacto en el pronóstico a largo plazo. Adams Cowley desarrolló este concepto en la década de los 70 aplicado a medicina de adultos, basado más en la experiencia que en la evidencia. En Neonatología se trajo este concepto a las UCIN por el grupo de Reynolds en el año 2009, como aquellas intervenciones para disminuir la morbi-mortalidad del RN prematuro. 

Este ha sido uno de los temas revisados en el actual Encuentro Académico Virtual CONAPEME 2021, donde se enuncian los componentes esenciales de la "hora de oro" en el prematuro
- Asesoramiento y acuerdos con las familias y el equipo 
- Retraso en el pinzamiento del cordón umbilical: entre 30 segundos y 3 minutos, habitualmente 1 minuto 
- Manejo de la temperatura, evitando hipo e hipertermia, con adecuado manejo de la evaporación, conducción, radiación y convección. 
- Soporte sistema respiratorio 
- Soporte sistema cardiovascular 
- Nutrición enteral precoz 
- Prevención de la infección 
- Mínima manipulación 
- Monitorización de todo lo que está ocurriendo 
- Comunicación con la familia 

Y donde también se enumeran las pruebas científicas o "evidencias" conocidas en la primera hora de oro en el gran prematuro: 
- Mantener temperatura de admisión de 34,5 a 37,4ªC 
- Dar surfactante si es necesario en las primeras 2 hs de vida, pero no necesariamente en la sala de parto si no lo necesita 
- Disminuir el tiempo de administración de nutrición parenteral IV, preferentemente en la primera hora de vida 
- Disminuir el tiempo para la administración de antibióticos 
- Disminuir el tiempo de aplicación de catéteres umbilicales
- Disminuir el tiempo de llegada a la UCIN.

Algunos también se refieren a los primeros momentos de vida fuera del útero como "la hora sagrada"; aunque no son exactamente 60 minutos. En realidad con ese término hacen referencia a un tiempo ininterrumpido de contacto directo piel con piel entre el recién nacido desnudo y el pecho descubierto de la madre. Durante esa "hora" de contacto íntimo, según los expertos, se suceden de manera natural varios comportamientos observables que conducen al bebé hasta su primera toma de leche materna. Y después de esa "hora sagrada", el recién nacido suele quedarse dormido. 

Sin embargo la separación entre el recién nacido y la madre tras el nacimiento es común en las prácticas hospitalarias de occidente: a muchos bebés los envuelven en ropa antes de ponerlos en brazos de la madre o los ponen en cunas o calentadores. Idealmente el contacto directo piel con piel debería empezar inmediatamente después del nacimiento y continuar hasta la primera toma de leche materna. La Organización Mundial de la Salud (OMS) así lo recomienda en su informe de 2012: "Los recién nacidos que no tienen complicaciones deberían estar en contacto piel con piel con sus madres durante la primera hora después del nacimiento para prevenir la hipotermia y para promover la lactancia materna"

Cuando hay contacto piel con piel aproximadamente a los 35 minutos de nacer el bebé puede "gatear" por el pecho de la madre buscando la mama. Está científicamente probado que el contacto piel con piel durante la primera hora de vida aumenta las probabilidades de que se establezca la lactancia materna, tanto en los nacimientos vaginales como por cesárea. También contribuye a que la lactancia dure más y sea exclusiva. Además, también se reduce el estrés del bebé y la ansiedad de la madre y mejora el vínculo entre ambos; así como contribuye a la estabilidad fisiológica del recién nacido.

Nueve pasos se han descrito en esta "hora sagrada": 
1. Llanto de nacimiento: se produce cuando los pulmones del recién nacido se expanden por primera vez. 
2. Relajación: en cuanto deja de llorar. 
3. Despertar: normalmente a los 3 minutos de nacer. El bebé puede abrir los ojos y mover la boca. 
4. Actividad: normalmente empieza a los 8 minutos del nacimiento. Los recién nacidos pueden empezar a mover la cara hacia los lados contra el pecho de la madre, levantar el torso, sacar la lengua y mirar a la madre. Aproximadamente una hora después del nacimiento el recién nacido puede agarrar el pezón con la boca, acoplarse y mamar. 
5. Descanso: el bebé puede tener periodos intermitentes de descanso durante la primera hora de vida. 
6. Gateo: normalmente empieza a los 35 minutos tras el nacimiento. El bebé se mueve como gateando por el pecho de la madre buscando la mama. 
7. Familiarización: normalmente empieza a los 45 minutos tras el nacimiento y dura unos 20 minutos. Durante este tiempo el bebé puede sacar la lengua y lamer el pecho o el pezón de la madre y hacer sonidos. 
8. Lactancia: aproximadamente una hora después del nacimiento el recién nacido puede agarrar el pezón con la boca, acoplarse y mamar. 
9. Sueño: el bebé y a veces también la madre, pueden caer en un sueño de descanso aproximadamente a la hora y media o dos de nacer. 

Parece lo mismo, aunque no lo es. Pero sea la "hora de oro" o la "hora sagrada", está claro que en cualquier RN son 60 minutos clave. Y la evidencia y la experiencia así lo han demostrado.

sábado, 15 de mayo de 2021

Cine y Pediatría (592). "Manos limpias" no es una película basura

 

La desigualdad, la pobreza y la exclusión social son fenómenos que están estrechamente ligados. Porque la exclusión puede privar de los recursos, a la vez que la pobreza puede excluir a los individuos de las esferas socioeconómicas donde se determinan las oportunidades. Y la desigualdad social es la condición por la cual las personas tienen un acceso desigual a los recursos de todo tipo, a los servicios y a las posiciones que valora la sociedad. Numerosas entidades internacionales alertan desde hace años que estas tres entidades deberían ser consideradas una la verdadera pandemia del siglo XXI y uno de los grandes retos que amenazan el progreso de la humanidad hacia sociedades más equitativas, justas y democráticas. Y la educación de la infancia es una de las mejores soluciones. 

Más de 700 millones de personas viven en situación de extrema pobreza a día de hoy. Eso significa que una de cada diez personas en el mundo tiene muchas dificultades para satisfacer las necesidades más básicas, como la salud, la educación o el acceso al agua y el saneamiento. La gran mayoría de personas afectadas por la pobreza se encuentra en el África subsahariana. Pero en muchos otros países, como en América Latina, diferentes factores (como la corrupción, las epidemias, las guerras, la inestabilidad política o las desigualdades en el reparto de recursos) han provocado una situación alarmante para la desigualdad y exclusión social. 

Y hoy viene a recordarnos esta situación la película documental estadounidense Manos limpias (Michael Dominic, 2019), en lo que es la cuarta película documental de esta periodista fotógrafo neoyorquino que ha viajado por Haití, Honduras, Guatemala y Nicaragua. Y precisamente en este último país está rodada nuestra película de hoy, que comienza con este aviso: “Esta película fue filmada durante 7 años, desde 2011 hasta 2018. La Chureca, localizada en Managua, Nicaragua, es el vertedero de basuras más grande de Centroamérica".

La Chureca es el basurero municipal más grande de Nicaragua, situado en en el barrio Acahualinca de Managua, uno de los barrios con menor calidad de acceso a los servicios básicos, y a orillas del Lago Xolotlán. Debido a su ubicación, a sus dimensiones crecientes y a su falta de tratamiento adecuado, La Chureca supone un enorme problema medioambiental, allí donde los "churequeros", ciudadanos pobres, seleccionan en el propio vertedero los materiales que pueden ser reciclados o tienen alguna posibilidad de comercialización (vidrio, plásticos, metales, papel y cartón, fundamentalmente). Hasta 2500 personas pudieran estar directamente implicadas en alguna de estas tareas, principalmente en los barrios colindantes con La Chureca, donde se utilizan las propias viviendas como almacenes de acopio y distribución. Y sirva esta prolija introducción para entender la película Manos limpias, que se centra en una de estas familias

El documental comienza en el año 2011. Y nos presenta a la familia López, formada por los padres (Blanca y Javier) y sus cuatro hijos (Zulemita del Carmen, Francisco José, Sei Manuel Salvador y Edgar Ezequiel), de entre 6 y 10 años, así como por la abuela materna (Mita). Todos ellos acuden cada día a La Chureca, también los hijos no escolarizados, allí donde acopian todo tipo de restos, incluso restos de comida que luego cocinan en la chabola. “Pues el día de mañana puede que algún día tienen que estudiar. No se lo prometo ni mañana ni pasado mañana, pero yo digo que algún día…” nos dice la madre, una madre que nos narra que a los 14 años fue violada por varios hombres y su madre no la ayudó. Y allí pasa un camión de la basura con el eslogan “Manos limpias, Managua limpia. Cooperación italiana”, que nos da una pista del título de la película. 

Y La Chureca es la única vida y el único mundo que han conocido. En estas vidas aparece Mary Ellen, miembro de una fundación filantrópica que trabaja para romper el círculo de la pobreza, desigualdad y exclusión social comenzando con la educación de la infancia. Ella viaja a la zona de Diriamba, a 90 minutos al sur de Managua, para buscar una tierra y una casa para esta familia López, y se nos dice que seis meses después, la nueva casa ya casi está lista, momento en que la madre espera su quinto hijo. Pero el abogado designado por Mary Ellen les lee que la obligación para disfrutar de esa nueva vida es que manden a los hijos todos los días a la escuela. Porque la educación es un arma poderosa para luchar frente a las infancias maltratas por la vida, por la sociedad, por la pobreza… y, a veces, hasta por los propios padres (maltratos físicos, verbales y de falta de cariño). 

A continuación se nos narran los hechos durante los años 2012 y 2013. Y las circunstancias no fueron a mejor, especialmente porque Blanca, tras dar a luz a su hijo, quien supuestamente falleció en el parto por una malformación congénita no definida, se volvió a vivir a Managua y abandonó al marido y los cuatro niños. Pero la policía interroga a Blanca y varios meses después sigue aún sin concluir la investigación, pues piensan que ha matado o vendido al bebé. Finalmente se descubre que Blanca nunca estuvo embarazada, pues no pudo estarlo, ya que hace años le ligaron las tropas de Falopio. Pero ella sigue negándolo. Y, mientras tanto, la sequía regresa año tras año, devastando los cultivos de la finca familiar. Pese a todo, Mary Ellen y su fundación sigue sosteniendo a la familia y la educación de los niños, esos pequeños que siguen jugando y riendo, tal es la resiliencia de la infancia. 

Y llegamos al año 2018. Todos los hermanos han crecido y ya son preadolescentes y adolescentes. Y se celebra la fiesta de quinceañera de Zulema. Y se reúne a la familia para ver las imágenes iniciales de esta película, cuando estaban en La Chureca. Y la madre recuerda lo duro que fue aquella vida con lágrimas en los ojos: “Me sentí como la peor mierda. Una madre que no podía sacar adelante a sus hijos”. Y los niños no recuerdan aquello que ahora les resulta feo y penoso. Y con la imagen de los cuatro hijos en la actualidad, guapos, bien vestidos y educados - y luego la imagen del basurero de La Chureca - finaliza esta película y con este mensaje final: “A Manuel, Chico y Edgar le sigue yendo muy bien en el colegio y sueñan con ir a la universidad algún día. En 2019, Zulema dejó el colegio y se fue lejos de su familia a vivir con su novio. La sequía hace que la granja no se pueda cultivar. Hasta el día de hoy, Mary Ellen sigue manteniendo a la familia económicamente”

Y nos queda claro que no es Manos limpias una película basura, aunque comience con un basurero. Pero va más allá, mucho más allá. Porque versa sobre la familia, la pobreza extrema, la educación y la esperanza, la inocencia y la resiliencia de la infancia, su rescate y salvación frente a tanta desigualdad y exclusión social. 

Cabe no confundir con la película mexicana Las manos limpias (Carlos Amella, 2012). De hecho, Manos limpias tiene una escasa distribución, de forma que se puede buscar el tráiler Vimeo y la película es posible visionarla en "streaming" en la plataforma Filmin.

miércoles, 12 de mayo de 2021

La belleza y la reflexión del cine iraní en los ojos de sus niños protagonistas


El cine iraní es, sin duda, uno de los más prominentes en Oriente Medio, y tiene una gravedad y una autenticidad de las que, en general, carece el cine comercial actual. Globalmente, ofrece un punto de vista alternativo al cine hollywoodiense en lo estético, en lo temático y en lo narrativo. En el cine iraní advertimos tres características particulares: la implicación del espectador por el uso del fuera de campo, la preocupación por la situación de la mujer, que vive “secuestrada” bajo un régimen dictatorial y, por último - y sobre todo - , la importancia de la mirada de los niños, unas miradas limpias con las que pretende identificarse el ojo de la cámara para mostrar y demostrar historias. Y en este artículo revisamos un conjunto de directores iraníes y algunas películas para “prescribir” y sentir el cine que mejor trata la infancia en su filmografía. Y por una sencilla razón: porque esos niños y niñas que nos dibujan sus historias no son actores ni actrices, sino ellos mismos en muchas ocasiones. 

Pocas cinematografías como la iraní han utilizado tanto y tan bien a los niños y las niñas en sus películas. En este artículo citaremos algunas bellas películas, que son recomendables para cualquier amante del buen cine (o de un cine diferente), pero que también contienen imágenes de dureza y desamparo, que reflejan poéticamente unas situaciones sociales difíciles y que son reales, y de cuya crudeza no escapa la infancia. Los niños y las niñas protagonizan muchas de las historias cinematográficas que, en las últimas dos décadas, han conformado la parte más conocida de la denominada Iranian New Wave, y en la que destacan los nombres de directores como Abbas Kiarostami (la figura más representativa e internacional, de cuya escuela e influencia surge buena parte de los demás directores), Abolfazl Jalili, Bahram Beizai, Reza Mirkarimi, Mariam Keshavarz Darius Mehjui, Khosrow Hatitash, Jafar Panahi, Majid Majidi, Bahman Gohbadi, y la extraordinaria familia Makhmabalf (un caso extraordinario dentro del séptimo arte: Mohsen, el padre, fundador de la Makhmalbaf Film House; Marziyeh, la madre, y Samira y Maysan, las dos hijas, dos casos de niñas directoras que fueron u verdadero revulsivo en los festivales de cine). Y más recientemente otros nombres como Asghar Farhadi, quien obtuvo el Oso de Oro de Berlín y Oscar a la mejor película de habla no inglesa por Nader y Simin (2011). Una lista no exhaustiva de directores que nos sirve como introducción para revisar algunos directores y películas claves para entender la belleza y la reflexión del cine iraní en los ojos de sus niños y niñas protagonistas. 

Estas películas, destacadas por orden cronológico, son: ¿Dónde está la casa de mi amigo? (Abbas Kiarostami, 1987), El globo blanco (Jafar Panahi, 1995), A True Story (Abolgazl Jalili, 1996), Niños del paraíso (Majid Majidi, 1997), El espejo (Jafar Panahi, 1997), El silencio (Mohsen Makhmalbaf, 1997), La manzana (Samira Makhmalbaf, 1998), Don (Abolfazl Jalili, 1998), El color del paraíso (Majid Majidi, 1999), La pizarra (Samira Makhmalbaf, 2000), El día que me convertí en mujer (Marziyeh Meshkini, 2000), Las tortugas también vuelan (Bahman Ghobadi, 2004), Buda explotó por vergüenza (Hana Makhmalbaf, 2007), entre otras. 

Bienvenidos a la belleza y la reflexión del cine iraní en los ojos de sus niños protagonistas. Y desde el proyecto Cine y Pediatría queremos reivindicar (y para algunos lectores, descubrir) el valor del cine iraní, ese bello desconocido que fue muy importante ya en los inicios de Cine y Pediatría y que sigue siéndolo. Y cuyo análisis más pormenorizado lo realizaremos en cuatro secciones en este artículo recientemente publicado en la revista de educación y cine, Making Of
- La mirada de la infancia en el cine iraní (1): el minimalismo de Abbas Kiarostami 
- La mirada de la infancia en el cine iraní (2): el extraordinario caso de la familia Makhmalbaf 
- La mirada de la infancia en el cine iraní (3): el mundo de las niñas y mujeres según el prisma de Jafar Panahi 
- La mirada de la infancia en el cine iraní (4): sobre paraísos, tortugas y otras historias.

Bienvenidos a una filmografía con otra mirada...

  

lunes, 10 de mayo de 2021

Homenaje a los pediatras y cirujanos pediátricos españoles

 

Recibimos la buena nueva de un libro de 132 páginas que es un homenaje a los pediatras y cirujanos españoles. Un libro escrito por el Dr. Alfonso Fernández Sánchez, cirujano pediátrico del Hospital Infantil La Paz, allí donde me formé hace tres décadas y el lugar que sigue siendo mi casa madre. Y que viene precedido de dos prólogos, también de dos pediatras de este icónico hospital en la sanidad española: la Dra. María José Mellado, actual presidenta de la Asociación Española de Pediatría, y el Dr. Francisco Ruza, quien fuera Jefe de Servicio de Cuidados Intensivos Pediátricos y uno de los grandes adalides de esta especialidad. El título del libro es "Homenaje a los pediatras y cirujanos pediátricos españoles" y su contenido libre se puede descargar en este enlace

Como nos recuerda el prólogo del Dr. Ruza, parece que históricamente se podría vincular a la segunda mitad del siglo XIX (1876) cuando la enseñanza de la Pediatría adquirió su propia autonomía y consecuentemente, inició su mayor progresión y desarrollo y, por ello, es la Pediatría una especialidad relativamente reciente, no alcanzando los 150 años de andadura independiente. Los doctores. Mariano Benavente , el Francisco Criado Aguilar y Andrés Martinez Vargas fueron el grupo de pediatras que introdujo en España la Ciencia Pediátrica Europea y configuraron el grupo Fundador de la Pediatría Española. 

Y en este libro se expone con una cronología histórica las actividades profesionales de los grandes pediatras españoles, comenzando por los Pioneros y llegando avanzado el tiempo, hasta los grandes Maestros y Clínicos de la Pediatría Española actual. En el libro establece conceptualmente tres etapas: la Primera etapa arranca a partir de la segunda mitad del siglo XIX, en la que refiere las actividades profesionales de la primera generación de pediatras españoles, con un un sentido homenaje a la Institución de la Inclusa, cuyo origen se remonta al siglo XVI, y que desde su instauración, ha realizado una labor encomiable en favor de la infancia desvalida de nuestro país; en la Segunda etapa, aborda las actividades de los pediatras dentro de una especialidad ya asentada, y cada vez mas desarrollada, y aquí también aborda la impronta positiva que representó la aparición y promoción de las vacunaciones; en la Tercera etapa, se describen a los grandes profesionales de la pediatría moderna y esa aparición de los grandes hospitales pediátricos de la Seguridad Social, auténticos núcleos del Desarrollo de las Especialidades Pediátricas y de la Cirugía Pediátrica y que se iniciaron en las década 1960-1970. 

Se realiza una profusa revisión de la historia de la pediatría española, con nombres y apellidos.Y también a hospitales y centros pediátricos. Y se recuerda como el primer hospital pediátrico del mundo apareció en 1802, el “Hospital des enfants Malades”de París; luego en 1830 “La Charité” de Berlin, en 1852 el “Great Ormond Street Hospital” de Londres, y en 1877 el “Hospital del Niño Jesús” de Madrid (primera institución española eonsagrada al tratamiento de las enfermedades infantiles). 

Es entrañable recordar aquellos pediatras que marcaron mis inicios en esta profesión, pues cuando era MIR aún resonaban ese grupo de pediatras de prestigio que formaron Escuela (algo que hoy es casi inaudito, pues han cambiado las formas y los modos): los doctores Guillermo Arce, Enrique Jaso, Manuel Suárez Perdiguero, Ciriaco Laguna, Angel Ballabriga, Ernesto Sanchez-Villares, José Peña Guitián, Juan Rodríguez Soriano, Manuel Bueno Sánchez, Manuel Cruz Hernández (Don Manuel, aún con nosotros y amigo real y virtual)... cuya aportación a la Pediatría, con sus investigaciones, sus publicaciones y su enseñanza, formaron excelentes pedíatras. 

Pero también se destacan los nombres de pediatras que destacaron en las diferentes especialidades pediátricas que se han conformado con el tiempo y muchos profesionales dedicados en cuerpo y alma, algunos maestros, otros compañeros, algunos - incluso - amigos. Como toda recopilación no están todos los que son, pero son todos los que están. Pero el propio autor lo comenta en su texto: "Pido disculpas por cualquier error u omisión que puedan existir en esta pequeña monografía (por olvido o desconocimiento sin duda ). Por que mi única intención, ha sido ensalzar a todos los pediatras y cirujanos pediatras españoles, que aportaron y aportan su grano de arena, en el cuidado y tratamiento del niño enfermo y en el desarrollo y prestigio de la Pediatría Española". 

Y así lo entiendo al leer este texto. Y es muy agradable cuidar nuestro recuerdo y agradecimiento con textos así. Porque conocer y apreciar el pasado es el primer paso para apreciar el presente y mirar la futuro.

sábado, 8 de mayo de 2021

Cine y Pediatría(591). “Home” no siempre es hogar, dulce hogar

 

El hogar dulce hogar, no siempre es así… Al menos, así lo marcan algunas películas que llevan como título original Home y que se han prodigado en lo que llevamos del siglo XXI. Películas de distintos géneros y distintas nacionalidades, una de las cuales ya forma parte de Cine y Pediatría: la película suiza del año 2018 dirigida por Ursula Meier, allí donde un matrimonio y sus tres hijos viven felices en las proximidades de una autopista abandonada desde hace diez años en lo que es un ejemplo de familia disfuncional en la filmografía de esta “fille terrible” del cine helvético.  Pero son otras muchas, y cabe clasificarlas en cuatro tipos: 

a) En el género documental destaca la película francesa de Yann Arthus-Bertrand (2009), que pretende concienciarnos de la explotación desmesurada de las riquezas de la Tierra y lo hace con un poema en imágenes y con la exquisita banda sonora de Armand Amar; pero también la película eslovena de Metod Pevec (2015), la película siria de Rafat Alzakout (2015), la película croata de Zdenko Jurilj (2017), la película británica de Sarah Outen (2019) y la película cubana de Alejandro Alonso Estrella (2019), todas ellas como un documento con trasfondo crítico. 

b) En el género de animación destaca la película estadounidense de Tim Johnson (2015), esa especial relación de un alienígena irritantemente optimista con una chica adolescente muy testaruda que acabarán salvando el planeta, y cuyas voces fueron dobladas por estrellas como Rihanna, Jennifer Lopez y Steve Martin; pero también la película británica de Anita Bruvere (2019). 

c) En el corto y mediometraje están la película británica de Richard Curson Smith (2003), la albana de Kast Hasa (2010), la española de Cara Simón (2012) y la australiana de Charles Williams (2015). 

d) En el largometraje es donde observamos más películas con el título de Home, mezcla de géneros (entre el drama y el thriller, algunas con apuntes de terror): la película rusa de Oleg Pogodin (2011), la sueca de Maximilian Hult (2013), la belga de Fien Troch (2016), la británica de Daniel Mulloy (2016), la coreana de Jong Woo Kim (2017), la alemana de Franka Potente (2020), así como las películas estadounidense de Nicholas McCarthy (2014), de Frank Lin (2016) y de Adam O'Brien (2020). 

Y de todos esos “hogares” cinematográficos, queremos destacar la película belga Home (Fien Troch, 2016), una película especial, desconcertante, dura y difícil que algunos críticos han situado como un peculiar fusión de Ken Park (Larry Clark y Edward Lachman, 2002) y Yo maté a mi madre (Xavier Dolan, 2009), con toques de los hermanos Dardenne. Por tanto, si sumamos las obras de dos “chicos malos” como el estadounidense Larry Clark y el canadiense Xavier Dolan, está claro que tal atributo declinado en femenino cabe para la belga Fien Troch, quien, rodando en esta película en una gran variedad de formatos, demuestra una vez más su dominio del drama humano con esta historia inspirada en hechos reales que funciona como un demoledor reflejo de la juventud rica europea, condenada a la más absoluta miseria emocional.

Y en esta película se refleja el estilo de vida de cuatro adolescentes de una pandilla, tres chicos (Kevin, John, Sammy) y una chica (Lina). Vidas un tanto a la deriva y condicionados por sus disfuncionales familias, con temas y momentos transgresores que impactarán a los espectadores desprevenidos. La película nos presenta pronto a sus protagonistas: por un lado, Kevin (Sebastian van Dun), un chico que acaba de salir de un centro correccional y que se instala en la casa de sus tíos, los padres de Sammy (Loïc Bellemans); por otra parte, Lina (Lena Suijkerbuijk), quien lidia con las recriminaciones del director de su colegio, mientras John (Mistral Guidotti) ignora las amonestaciones del vigilante del instituto. 

Al comienzo John escribe un mensaje en los pasillos de un instituto: “Te echo de menos. ¿Volverás pronto a casa, mamá? ¿Me sigues queriendo?... Lo siento mamá”. Y luego Sammy escribe otro mensaje: “Aburrimiento. Quiero matar a alguien para sentirme vivo”. Y esa monotonía se rompe cuando aparece Kevin, un muchacho recién salido de una correccional que intentará integrarse nuevamente a una sociedad que lo ha marcado indeleblemente. Y más tarde descubrimos que Kevin no puede regresar a su casa porque su madre teme que se pelee continuamente con el padre, y lo reconoce: “Cuando alguien me molesta, me enfado muy rápido”. Kevin no solo vive con la familia de Sammy, sino que se pone a trabajar con el padre como fontanero. Y éste se preocupa en que esté bien y que se instruya (le llama la atención sus faltas de ortografía), y le da buenos consejos ante el uso de la violencia física que el joven prodiga: “No puedes ir pegando palizas por ahí... Si yo le diera palizas a quien me molestara, estaría a jornada completa”. Y John quiere salir de su casa, huyendo de una madre dominante y que le acosa, pero la madre de Sammy le aconseja que pida ayuda por su problema, un problema muy grave por esa madre que vive sola y se aprovecha de su hijo, con una posesión enfermiza, carnal e incestuosa. 

Adolescentes perdidos y sumidos en la violencia silenciosa del hogar: Kevin por un padre con el que se enfrenta continuamente y cuya madre asume que no vuelva a casa para que las cosas sigan tranquilas; John por una madre que le domina y le acosa, que le hace ser lo que no es. Y a poco más de una hora de metraje se produce una de esas escenas difíciles de digerir entre John y su madre, ante la mirada de Kevin y Sammy. Luego ocurre el interrogatorio policial a los tres amigos… Y ese final lleno de interrogantes. 

Y al ver la película y sufrir la historia, el temor se acentúa cuando uno recuerda que al comienzo del filme la directora advierte que está basado en hechos reales, aunque se desconoce con exactitud cuáles fueron los eventos a los que hace alusión. Porque en Home, Fien Troch enfrenta dos generaciones, padres e hijos, y no toma partido. Porque en esos hogares los unos y los otros son tan capaces de lo mejor como de lo peor. Y todo ello en el contexto de la realidad cotidiana de la juventud actual, allí donde conviven con la tecnología, las drogas y el sexo. Y la historia se convierte en ese triste selfie de una generación que graba sus desventuras con móviles para finalmente subirlo a una nube, nube que no deja ver el sol y que predice la llegada de tormentas. 

Porque el hogar no siempre es un dulce hogar, como nos recuerda Home. Porque el “hogar” es muy cinematográfico, como hemos visto por el gran número de películas con este título, y porque la película belga Home es una película que no dejará indiferente con sus cuatro protagonistas adolescentes: el impulsivo Kevin, el contrariado John, la desubicada Lina y el indiferente Sammy. Todos ellos se conectan en una amistad que intenta mantenerlos alejados del supuesto universo opresor de padres y educadores. 

 

miércoles, 5 de mayo de 2021

Comienza el curso de Continuum "Tras­tor­nos del sue­ño y cro­no­bio­lo­gía en Pe­dia­tría"

 

En breve comenzará en Continuum el curso on line sobre "Trastornos del sueño y cronobiología en Pediatría", organizado y coordinado por el Grupo de Sueño y Cronobiología de la AEP. 

Al finalizar la actividad, el alumno habrá conseguido una serie de conocimientos, habilidades y actitudes, que se recogen a continuación como objetivos del curso
- Conocer la ontología y evolución del sueño durante la infancia y adolescencia. 
- Ser capaz de hacer un diagnóstico diferencial adecuado, de los problemas / trastornos relacionados con el sueño. 
- Identificar los niños en situación de riesgo de padecer trastornos del sueño. 
- Ser capaz de realizar una educación sanitaria sobre el sueño y sus comorbilidades. 

Y estos serán los capítulos que se van a tratar: 
- Organización del sueño 
- Ontogenia del sueño. Clasificación internacional de los trastornos del sueño 
- Dificultades de inicio de sueño: insomnio infantil - S. de retraso de fase - S. de piernas inquietas. 
- Dificultades de mantenimiento del sueño: trastornos respiratorios del sueño (TRS) - Parasomnias - Ritmias del sueño 
- Déficit crónico de sueño. Narcolepsia 
- Patología pediátrica y sueño Sueño y escolaridad. 

El curso comienza el día 20 de mayo y estará en activo hasta el 15 de julio de 2021. Un curso con 72 hs lectivas tutorizado en cada una de las seis unidades didácticas. 

Toda la información e inscripciones en la página web de Continuum.

lunes, 3 de mayo de 2021

Cine y tabaco, el comienzo de una polémica amistad para el adolescente


El triángulo formado por tabaquismo, adolescencia y cine desarrolla una peligrosa amistad, una “violencia tabáquica” sobre la que no podemos desviar nuestra atención como pediatras. Las relaciones económicas entre la industria tabaquera y la industria cinematográfica permiten un marketing encubierto, complejo, omnipresente, difícil de evidenciar y más de denunciar, con modalidades como la publicidad por emplazamiento y el posicionamiento de marca. 

Y estos tres protagonistas son esenciales para el making of (así se hizo) de este artículo que hoy compartimos y que hemos titulado “Cine y tabaco, el comienzo de una polémica amistad para el adolescente, recientemente publicado en Revista de Pediatría de Atención Primaria y que podéis leer íntegramente en este enlace o en el archivo adjunto al final del post. 

La relación cine, tabaco y adolescencia se fundamenta en base a estas cinco premisas evidentes y ampliamente demostradas: 
1) El consumo de tabaco es la primera causa evitable de enfermedad, invalidez y muerte en España. Fumar es, además, una causa conocida de cáncer, enfermedad cardiovascular, EPOC y complicaciones del embarazo, entre otros más de 25 problemas de salud asociados a este hábito. 
2) Los adolescentes y jóvenes consumen tabaco y otras drogas, y cada vez más. La encuesta sobre consumo de drogas en España (EDADES 1995-2017 – Plan Nacional sobre Drogas 2018) 6 arroja unas cifras de consumo de tabaco diario en población > 18 años de un 34%. Y la edad media de inicio del consumo de tabaco se sitúa entre 16,4 y 16,7 años desde el año 1995, sin apenas mejoría. 
3) Los medios audiovisuales forman parte de nuestra vida, especialmente el cine y las series de televisión. Y esa realidad es especialmente patente en la infancia y adolescencia, generación de verdaderos screenagers, neologismo formado por las palabras en inglés “screen” (pantalla) y “teenagers” (adolescente) para describir a la infancia y adolescencia criada y formada en una cultura mediada por las pantallas del ordenador, de la televisión y del cine. 
4) Las películas promocionan de forma eficaz el tabaquismo. Porque para la industria tabacalera el cine brinda una oportunidad de transformar un producto letal en un símbolo de estatus o en una señal de independencia. El solo hecho de visualizar el paquete de tabaco, inhalar o exhalar el humo, beber y fumar, asociar frases en momentos principales de una película o una serie, o que actores y actrices favoritos en el papel de héroes o protagonistas fumen es estímulo suficiente para incitar a los jóvenes y a los fumadores al consumo, mantener la adicción, incrementarla y retrasar el abandono del tabaco o, incluso, provocar recaídas en los abstinentes. De hecho, la presencia del tabaco en las películas aumenta cuando se restringe la publicidad tradicional, pero las instancias normativas rara vez han tenido esto en cuenta. Porque en España, por ejemplo, la publicidad explícita del tabaco está prohibida desde el año 2005, pero no hay legislación sobre la violencia tabáquica presente de forma constante y manifiesta en el cine, series de televisión, comics, videojuegos o internet con sus influencers y grupos de presión thinks tanks, contratados por la propia industria del tabaco. 
5) Son numerosos - y desde numerosos países - los estudios científicos que dejan indicios probatorios de la relación entre la presencia del tabaquismo en el cine (y otros medios audiovisuales) y el incremento de consumo de tabaco por parte de los adolescentes. Y, de forma inversa, se constata el paralelismo entre la disminución a largo plazo del tabaquismo en la pantalla y la disminución de la proporción de adolescentes que fuman. 

Se aprende a fumar, entre otras causas, con las películas y series de televisión y ello oscila desde el predominante cine con tabaco a lo largo de su historia, al escaso cine contra el tabaco, pasando por aquellas películas que tienen el tabaco como leitmotiv. Y así lo repasamos: 
a) Cine con tabaco: revisando por décadas desde 1930 hasta nuestros días, desde el cine en blanco y negro al cine de color. Un repaso a míticas películas y estrellas de Hollywood y de otros países donde el cigarrillo y el humo ha sido un omnipresente compañero. 
b) Cine contra el tabaco: El dilema (Michael Mann, 1999), El jurado (Gary Fleder, 2003), Gracias por fumar (Jason Reitman, 2005), y varias películas documentales. 
c) Cine con la excusa del tabaco: La ruta del tabaco (John Ford, 1941), El rey del tabaco (Michael Curtiz, 1950), Smoking/No Smoking (Alain Resnais, 1993), Smoke (Wayne Wang, 1995), Coffee & Cigarettes (Jim Jarmusch, 2003). 

Hay que tener en cuenta que al inicio del tabaquismo, seducir y atraer es lo que importa y de esto se encarga en ocasiones los medios audiovisuales del entretenimiento; luego, la nicotina rubrica el enlace que en muchas ocasiones llega “hasta que la muerte los separe”. 

Por ello, son numerosas las instituciones (comenzando con la OMS y la OPS) y grupos de trabajo que abogan por pasar de la evidencia a la acción en las normas y legislación de las películas sin tabaco, como una medida de salud pública. También nuestro grupo de trabajo, y como colofón del II Curso Nacional de Tabaquismo en Pediatría realizado el año 2019, hemos elaborado el Documento de compromiso para mejorar el control del tabaquismo en medios audiovisuales, documento que ya compartimos en su momento y en el que volvemos insistir. 

El siglo XXI debe caminar hacia un séptimo arte “sin malos humos”. Y todo recurso es válido, desde las políticas gubernamentales y políticas sanitarias en primer término, a cualquier otra medida de apoyo y concienciación ciudadana frente a esta práctica. 

Por ello, este artículo es más que un artículo. Es una denuncia para actuar…

sábado, 1 de mayo de 2021

Cine y Pediatría (590). “Kolya”, vínculos paternofiliales entre la primavera y el terciopelo

 

La estratégica posición de Checoslovaquia en el centro y este de Europa la convirtió durante cuatro décadas de la segunda mitad del siglo XX en uno de los epicentros de la Guerra Fría. Todo comenzó con un golpe y terminó de terciopelo, pasando por una primavera. Un recorrido donde la invasión rusa y el Partido Comunista de Checoslovaquia (KSČ) perdieron el monopolio del poder político 

Fue Checoslovaquia el último país en sumarse al bloque del Este, gracias al Golpe de Praga de 1948 apoyado por Stalin y que instaló a los comunistas en el poder. Esto tuvo en Occidente una gran repercusión, porque Checoslovaquia era el país más occidental de Europa en el plano geográfico, histórico y político, y se quedaba fuera del bloque capitalista. Tuvieron que pasar veinte años para que el gobierno reformista de Alexander Dubček intentara separarse de Moscú, pero los tanques soviéticos ocuparon el país, abortando lo que todos conocimos como Primavera de Praga de 1968 y que abarcó desde el 5 de enero, el día que Dubček fue elegido Primer Secretario del KSČ, hasta el 21 de agosto, cuando la Unión Soviética y otros miembros del Pacto de Varsovia invadieron el país para reprimir las reformas. Checoslovaquia entró en un período conocido como "normalización" y la Primavera de Praga influyó en 1970 en la conocida como Primavera Croata y una década más tarde, en la Primavera de Pekín. Y no debemos olvidar que la Primavera de Praga inspiró la prensa libre, pero también a la música, cine y literatura checoslovacas, incluyendo las obras de Václav Havel, Karel Husa, Karel Kryl o Milan Kundera (y su libro “La insoportable levedad del ser”). 

La Primavera de Praga fue uno de los capítulos de un año clave en todo el mundo, marcado por la tragedia y la agitación. Estudiantes en París en el Mayo del 68, Berkeley o Ciudad de México se habían levantado. Los asesinatos de figuras como Martin Luther King Jr. y Robert Kennedy conmocionaron a muchos. La guerra de Vietnam estaba en un momento particularmente álgido y, poco después, Apolo 8 se convirtió en la primera astronave pilotada que orbitara la Luna. 

Y no sería hasta finales de los ochenta, en plena descomposición de los socialismos del Este, cuando la pacífica Revolución del Terciopelo de 1989, donde el dramaturgo (y político) Václav Havel logró terminar con el régimen comunista checoslovaco y transitar hacia una democracia liberal. Un elemento de las demostraciones de la Revolución de Terciopelo fue el tintineo de las llaves, mostrando apoyo, cuya práctica tenía un doble significado: simbolizaba la apertura de las puertas y era la forma en que los manifestantes decían a los comunistas, "Adiós, es hora de irse a casa"

La evolución política y las escisiones posteriores se iban a plasmar durante los siguientes años, así como un poderoso movimiento nacionalista secesionista que se tradujo en la independencia de la República Checa y la República Eslovaca en 1993. Václav Havel se convirtió en el primer presidente de la República Checa, mientras que en Eslovaquia fue Vladimír Mečiar el nuevo jefe de Estado. En 2004, ambos países ingresaron de forma conjunta en la Unión Europea y la OTAN. 

Y estos acontecimientos políticos, con epicentro en Praga, influyeron decisivamente en su medio cinematográfico. En los años 60 surgió la Nueva Ola Checoslovaca, cuyos miembros exploraron nuevos temas con un marcado estilo irónico y humorístico, aprovechando de denunciar la falta de libertades imperante. De este grupo surgieron directores como Věra Chytilová, Jiří Menzel y Miloš Forman, entre otros, muchos de los cuales sufrieron censura o exilio con la intervención soviética de 1968. Y es que, aunque la filmografía checa no es muy conocida, si reconocemos algunos de sus éxitos incluso en los Óscar: destaca Miloš Forman, mejor director con Alguien voló sobre el nido del cuco (1975) y Amadeus (1984); pero también el Óscar a la mejor película de habla no inglesa para La tienda de la Calle Mayor de Ján Kadár y Elmar Klos en 1965, Trenes rigurosamente vigilados de Jiří Menzel en 1967 y Kolya de Jan Svěrák en 1996. 

Y hoy comentamos precisamente Kolya, una encantadora película ambientada en los convulsos momentos históricos previamente descritos y que creación de la dupla padre e hijo de Zdenek y Jan Sverák: el primero firmó el guion y protagonizó el filme, mientras que el último lo dirigió. El filme transcurre en Praga, entre los años 1988 y 1989, en plena ocupación militar soviética de Checoslovaquia y en los últimos años del régimen comunista de Gustác Husák. Y aquí conocemos a Franka Louka (Zdenek Sverák), un violoncelista cincuentón, soltero y mujeriego. 

Expulsado de la Sinfónica aparentemente por motivos políticos, Franka se gana la vida como músico de funerales, lo que no le alcanza para cubrir sus deudas. Su amigo, el sepulturero Broz, le ofrece un lucrativo plan: casarse por dinero con una intérprete rusa, Nadezda, para que ella obtenga la nacionalidad y la residencia checoslovacas. Tras las dudas iniciales, finalmente acepta, pero a los pocos días Nadezda aprovecha su nueva situación para huir a Alemania Occidental, dejando solo a su hijo de 5 años, Kolya (Andrey Khalimon) con la abuela. Pero cuando la abuela fallece al poco tiempo, Louka deberá hacerse cargo de su hijo adoptivo (no por un gesto de amor, sino por temor a ser encarcelado al fingir un matrimonio de conveniencias). Pero no le gustan los niños y no le gustan los rusos, mal inicio. “No pienso tener en casa a un niño ruso” también le dice la madre de Franka. 

Franka no habla ruso y Kolya no habla checo. Los dos se verán obligados a entenderse y a vivir juntos para salir adelante, surgiendo una dinámica peculiar y poco favorable al principio: el niño acompaña a su padrastro impostado a tocar en los funerales, pasando el tiempo entre féretros, cruces e instrumentos musicales, allí donde suenan piezas clásicas (y donde no podían faltar las notas de maestros checos como Smetana y Dvorak). Pero el egoísta Franka evoluciona, pasando de su intento dejar a Kolya bajo el cuidado de los servicios sociales a buscarle desesperadamente cuando éste se pierde en el Metro de Praga. Y, por ello, una de sus múltiples amantes le dice: “Eres menos egoísta de lo que imaginaba. Nunca pensé que cuidaras tanto al hijo de otra persona”. 

Y, quizás como era de esperar, ambos superan sus respectivas barreras: el niño aprende el idioma del adulto y el adulto aprende a compartir su vida con el niño, de forma que la peculiar existencia de Franka cobra sentido cuando descubre que el afecto es un valor que se puede y debe compartir con otros. Y por eso lucha para que Kolya no sea enviado a un orfanato ruso. Y cuando regresa Nadezda a recoger a su hijo, la semilla de la paternidad ya está sembrada en nuestro músico protagonista. Y con las nubes finales esta comedia dramática, impecablemente elaborada, nos hace sentir bien y nos deja esa metáfora de la ocupación soviética, donde dos pueblos que consideran enemigos mutuos aprenden a fraternizar. 

En suma, Kolya es un potente relato sobre el amor paternofilial, que transciende los vínculos sanguíneos. Es una historia sobre un acogimiento forzado entre un adulto y un niño, realizada con nobleza por un hijo (Jan Sverák, como director) y su padre (Szedenk Sverák, como guionista y actor principal). Un acogimiento forzado que ocurre durante la ocupación rusa de Checoeslovaquia (y varias escenas nos lo reflejan en esta película), aquella que va del Golpe de Praga a la Revolución del Terciopelo, pasando por la Primavera de Praga. Una película que nos manda el mensaje de que, aunque son muchas las causas de abandono de un menor y de su acogimiento, los vínculos se pueden (y deben) acabar creando a pesar de nuestras resistencias.